"La dana dejó una lección: que ante la catástrofe no hay colores políticos, que mientras los gobiernos discuten la gente actúa y que la memoria es el primer paso para no repetir los errores"

La comunicadora de 'La Tarde' analiza, desde el barranco del Poyo y de la Horteta, en Valencia, cómo un año después la dana nos ha dejado lecciones valiosas

- 3 min lectura | 4:49 min escucha

Hoy hacemos este programa desde Valencia, desde el mismo lugar donde hace 12 meses vimos la destrucción, el barro, la angustia, el dolor. Nunca antes habíamos visto nada semejante en nuestro país.

El paisaje hoy es distinto. Las casas en su mayoría están arregladas. La gran mayoría de negocios que resultaron afectados han conseguido abrir de nuevo. El tráfico es fluido, pero bajo esa normalidad todavía se respira el recuerdo. En Paiporta, en Alfafar, en Benetúser, en Torrent, en Catarroja, en tantos pueblos donde el barro se metió hasta en el alma. Recuerdo una devastación de una magnitud tremenda. Mirases donde mirases, veías casas destruidas, puentes partidos por la mitad, coches apilados y ese olor a humedad que lo impregnaba absolutamente todo. Recuerdo también a vecinos en shock sin poder asimilar todavía lo ocurrido.

Los pasos lentos de quienes lo habían perdido todo, recogiendo fotografías cubiertas de barro, papeles, enseres, intentando recuperar algún trozo de sus vidas. Y recuerdo también la desesperación porque la ayuda no terminaba de llegar.

Aquel 29 de octubre de 2024, una dana dejó lluvias torrenciales. El barranco del Poyo, ese cauce abandonado durante años, se transformó en un río furioso. Un torrente que se calcula que bajó con cinco veces más agua que el Ebro y que arrasó todo lo que encontró a su paso.

El balance fue insoportable. 229 personas perdieron la vida aquí en la provincia de Valencia. Dos siguen a día de hoy desaparecidas. Más de 40,000 damnificados, al menos 11,000 viviendas total o parcialmente dañadas. 141,000 coches que tuvieron que ir directamente al desguace. Cientos de carreteras afectadas, cientos de kilómetros. Unos daños que superaron los 2,000 millones de euros.

Pero más allá de las cifras quedó el vacío, el desconcierto y la indignación de un pueblo que no entendía cómo en pleno siglo XXI podía pasar algo así. La dana del 29 de octubre fue un golpe natural, sí, pero también fue una tragedia política. Una muestra de cómo la falta de coordinación entre las administraciones puede multiplicar los efectos de una tragedia. Porque mientras el agua subía y vecinos de muchos pueblos llamaban a emergencias alertando de que se ahogaban, en los despachos nadie reaccionó a tiempo.

Las administraciones se enzarzaron en reproches, acusándose mutuamente de una gestión lenta, desorganizada, fallida. El presidente de la Generalitat Valenciana esperaba que el gobierno central mandara ayuda, pero tampoco la pedía explícitamente, y el ejecutivo español miraba hacia otro lado, paralizado por cálculos políticos. Y mientras discutían competencias, los valencianos seguían cavando en el barro, buscando a los suyos, ayudados por una marea de voluntarios llegados de toda España. Personas anónimas que, sin esperar órdenes ni medallas, salieron a rescatar, a limpiar o simplemente a abrazar. En medio del caos, ellos con sus cubos, con sus palas, con sus rastrillos, ellos fueron la única certeza, la prueba de que en los peores momentos la solidaridad nos sostiene.

Hoy, un año después, en la zona cero, la reconstrucción avanza. Pero las cicatrices tardan en curar. La dana del 29 de octubre no solamente dejó destrucción, dejó una lección: que ante la catástrofe no hay colores políticos, que mientras los gobiernos discuten la gente actúa y que la memoria es el primer paso para no repetir los errores. Un año después recordamos a las víctimas, a quienes lo perdieron todo y también a quienes sin uniforme ni cargo y sin que nadie les llamara fueron los primeros en llegar y en muchos casos también los últimos en irse.

La Linterna

La Linterna

Con Ángel Expósito

Lunes a viernes de 19:00h a 23:30h

Programas

Último boletín

18:00 H | 29 OCT 2025 | BOLETÍN

Boletines COPE
Tracking