Hace ya cuatro años se estrenó una película interesante, o por lo menos entretenida. Varias naves de extraterrestres llegaban al planeta y el problema era comunicarse con ellos.

Imaginemos que hasta horas aterriza una de esas naves en Barcelona y que tuviéramos que explicarle a sus viajeros lo que pasa en Cataluña. Habría que explicarles que termina dentro de unas horas la campaña electoral de las elecciones catalanas. Habría que explicarles que la campaña electoral se inició después de una legislatura descabellada.

La legislatura se acabó antes de tiempo porque Cataluña ha tenido a un presidente de la Generalitat, Torra, inhabilitado por desobediencia a ley. En realidad el último president obedecía solo a un expresidente de la Generalitat que es un fugado de la Justicia. Habría que explicar que han gobernado las fuerzas independentistas pero que en realidad no han gobernado porque la actividad en el Parlament ha sido casi nula y porque tampoco han conseguido frenar la sangría de empresas, más de 6.000 se han marchado en los últimos tres años. La fractura entre la clase política y la sociedad, hastiada y cansada, ha aumentado.

Habría que explicar al marciano que desde hace meses se esperaban las elecciones pero que la campaña ha sido aburrida, falta de originalidad, Una campaña violenta. Una campaña en la que los que se quejan de la violencia y de las cargas de la Policía Nacional han respaldado la violencia contra Vox. Una campaña que termina con tres formaciones empatadas.

A saber: ERC que ha tenido como líder a un señor que se llama Junqueras que está condenado a muchos años de prisión y que según el Tribunal Supremo no puede salir de la cárcel. JXCAT, que tiene como líder a un fugado por la justicia. Y el PSC que tiene como líder a Illa, el hombre que ha hecho uno de las peores gestiones de la pandemia en Europa.

Esas tres formaciones llegan empatados al final de la campaña. ERC ha ido perdiendo fuerza y para solucionar esa pérdida de fuerza se ha hecho fotos con Otegui y ha vuelto a defender posiciones de un independentismo ya vencido. ERC, a pesar de llevar tres años peleándose con JXCAT, ha vuelto a defender lo mismo que los de Puigdemont. A estas horas las encuestas dicen que los independentistas van a sumar para formar Gobierno, y si suman lo formarán. Solo una movilización a última hora del voto no independentista podría dar una sorpresa.

El efecto Illa, el sueño de que un candidato no independentista gobernase, se ha ido diluyendo. Illa necesitaría en el mejor de los casos el apoyo de Podemos, pero Podemos, el vicepresidente Iglesias, se ha dedicado a hacer campaña apoyando las posturas de los independentistas, diciendo que España es poco democrática. Difícil de entender, o quizás demasiado fácil .