Damià Calvet es consejero de Territorio y Sostenibilidad en el Gobierno de Cataluña, pero también es violinista político. Toca Damià el violín en la cubierta de un Gobierno de la Generalitat, que como el de Puigdemont hace catorce meses, está empeñado en chocar con el iceberg del Estado de Derecho para irse a pique. Damiaà ha asegurado este viernes, mientras tocaba el violín, que la suya es una revuelta de las sonrisas y que no le gustan los pasamontanas.

Esto lo dice Calvet mientras toca el violín mientras los CDR están movilizando a miles de personas para sembrar el caos la semana que viene cuando se celebre el Consejo de Ministros en Lotja de Mar. El violonista Calvet es el hombre que el PDECAT había puesto en el Gobierno para controlar los excesos de Torra. Pero al final, como siempre sucede en los últimos años en Cataluña, los radicales - Torra en este caso - se llevan el gato al agua y marcan la pauta. El ministro Borrell ha asegurado aquí en COPE que para garantizar el orden público dentro de una semana no hace falta aplicar el 155, es suficiente con un amplio despliegue policial.

Fue el ministro Borrell el que dijo hace unos días que esto no se soluciona con Ibuprofeno. Pero, por si acaso Sánchez, ha tirado de mucho Ibuprofeno y ha enviado una carta a Torra pidiéndole una reunión. Voy a decirlo de otro modo: el presidente del Gobierno que el miércoles en el Congreso se ponía durísimo con Torra sugiriendo la aplicación del 155 ahora le manda cartas. La ministra Celáa dice que no es una cumbre. Pues para no ser una cumbre disimulan muy bien porque parece exactamente una cumbre.