Lucía (22), graduada en periodismo: "Llevo trabajando desde los 16 años, pero incluso en hostelería es difícil que te contraten. Yo estoy a jornada completa y cobro entre 700 y 900 euros"
Pilar García Muñiz pone el foco en los salarios y es que tener un empleo ya no garantiza vivir con holgura

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Tener trabajo ya no es garantía de vivir con holgura en España. Esta es la realidad que ha hemos analizado el 'La Tarde' de COPE, donde se ha puesto de manifiesto que el salario mínimo interprofesional (SMI), que en 2025 ha subido hasta los 1.184 euros al mes, se ha convertido en el sueldo más común.
Según datos del Ministerio de Trabajo, cerca de 2,5 millones de personas en España perciben esta retribución, una cifra que evidencia un cambio preocupante en la estructura salarial del país.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante una rueda de prensa para hablar del SMI en la sede del Ministerio
La cara B de la subida del SMI
Aunque la subida del SMI, es una medida positiva para proteger a los trabajadores, también plantea alertas. Como explicaba en COPE el profesor de economía, Miguel Ángel García, el SMI debe "garantizar esa renta mínima cuando se está trabajando".
Sin embargo, el problema surge cuando este salario mínimo se transforma en el habitual, un fenómeno que frena la aspiración a remuneraciones más elevadas.
Esta situación es una "mala señal", porque significa que la mayor parte del empleo que se genera es de baja cualificación y con productividad y capacidad de mejora salarial limitadas. Una prueba de ello es el aumento del pluriempleo: casi 600.000 personas tienen dos o más trabajos, un 30% más que en 2018, para poder llegar a fin de mes.
La situación laboral de los jóvenes en españa
Después de conocer los datos, en 'La Tarde' de COPE hemos conocido el testimonio de Lucía Medina, una joven sevillana de 22 años, graduada en Periodismo.
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Ahora mismo, Lucía trabaja de camarera porque los empleos que le han ofrecido en su sector son "prácticas, colaboraciones o con sueldos muy bajos", como ofertas de "300 euros al mes", insuficientes para costearse el máster que necesita para especializarse.
Su salario actual como camarera, de entre "700 y 900 euros", está por debajo del SMI, pese a llevar en el mercado laboral desde los 16 años y estar a jornada completa.
Preguntada sobre qué es más difícil, si encontrar una oportunidad en lo suyo o un sueldo digno, su respuesta es rotunda: "Que te paguen un sueldo decente". Su caso no es aislado, ya que su pareja, con carrera y máster, también cobra el salario mínimo.

Jóvenes realizando un trabajo académico
Esta realidad, que afecta especialmente a los jóvenes, incluso a los más formados, convierte en una misión imposible independizarse, acceder a una vivienda o formar una familia. Así, el SMI, concebido como una red de seguridad, se ha convertido en un techo que limita el crecimiento profesional y atrapa a miles de personas en la precariedad laboral.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.




