Lola Canales está considerada como la primera mujer juzgada en un Consejo de Guerra Sumarísimo tras la Guerra Civil. Con 21 años, y tras su participación en la manifestación estudiantes del 3 de diciembre de 1968 contra el franquismo, fue detenida en su domicilio. Condenada por "rebelión militar", pasó una temporada en la cárcel y después huyó a Francia. Allí, trabajó como doncella en una casa señorial.

Esta periodista y antropóloga se sigue definiendo como "roja", aunque no comparte las motivaciones ideológicas de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Para ella, la nueva Ley de Memoria Democrática, que declarará "nulos de pleno derecho" los juicios franquistas, que prevé hacer del Valle de los Caídos un cementerio civil o que ilegalizará las asociaciones y fundaciones que hagan apología del franquismo, es un "mero señuelo" y sólo busca volver a dividir a los españoles.