Si pensamos en las obras de Leonardo Da Vinci seguro que a casi todos el primer cuadro que se nos viene a la mente es 'La Gioconda', también conocida como 'Mona Lisa'. Y es que esta pintura del genio italiano es una de las más famosas del mundo.

Es toda una incógnita por los misterios que esconde. “Es un cuadro que está por encima incluso del artista”, cuenta Gálvez. “Aunque hay dudas si fue un encargo pictórico o un retrato. No podemos saber con exactitud quién es la mujer que aparece en la pintura”.

Las principales hipótesis llevan a pensar que era una dama florentina o el retrato de la mujer de Francesco de Giocondo. Pero sí hay algo claro, es que Leonardo no se separaba de la obra y la llevaba a cualquier lugar que iba.

'La Gioconda' guardaba un canon estético de la época, pero tampoco supuso una revolución pictórica. Es un óleo diluido sobre yeso blanco, mide 77x53 cm y es de un tamaño con las medidas habituales.

El que disfrutamos hoy en día no es del todo como el que pintó Da Vinci, ya que al restaurarlo se le añadieron tonos verdosos y ocres, aunque la vemos deslucida al paso del tiempo.

Sin embargo, tras la muerte de Da Vinci, quedó en manos de Francisco 1º de Francia. Esto, unido al hecho de que Leonardo fue enterrado en Francia, fue un símbolo nacional que en el siglo XIX los italianos intentaron recuperar, pero no lo consiguieron.

A principios del siglo XX un italiano secuestró del Louvre la pintura y más tarde fue devuelta, lo que hizo que definitivamente se quedase en Francia y hoy en día sea visitada anualmente por millones de personas en el Museo Louvre de París.

La semana que viene Gálvez nos hablará sobre el vuelo de los pájaros y la agudeza visual del genio italiano.