La vida del agricultor es dura. Parte de esa dureza de este oficio milenario es que dependes del clima. Y el clima, la semana pasada, le hizo una faena a Jordi y a sus cultivos de arroz... 

Jordi cultiva en el Delta del Ebro, y la borrasca Gloria se cebó con este parque natural único en España. Los vientos y la lluvia hicieron que el Mediterráneo se adentrase hasta 3 kilómetros en tierra firme, destrozando 3.000 hectáreas de arrozales, entre ellos, los suyos. "Quedan 30 o 40 centímetros aún. No hay precedentes de sacar tanta agua, cuesta bastante", dice en 'La Noche'.

Esa zona tiene riesgo máximo ante el cambio climático. Según varios estudios científicos, la mitad del Delta del Ebro podría quedar inundada de manera permanente a partir de 2050. Por ello urge hacer algo, y por eso se está llevando a cabo el proyecto Life Ebro que dirige el biólogo Carles Ibáñez. 

Pero no solo el campo se ha visto afectado por Gloria en el Delta del Ebro. También las zonas urbanas. Francisco, es propietario de un restaurante en el paseo marítimo de Ampolla, donde aparecieron ramas, vegetación marina… y hasta una decena de atunes...

Y aún peor: Gloria ha dejado al descubierto nuestras vergüenzas y nuestro descuido por el medioambiente. Marc se encontró en Roses (Girona) el envoltorio de un helado que dejó de comercializarse en 1993, y no es lo más antiguo que apareció.

En esa provincia, Torroella de Montgrí es uno de los municipios más afectados por el paso de Gloria. Dejó sus calles llenas de escombros por la crecida del río Ter, se quedaron sin agua potable e incluso Protección Civil prohibió pernoctar en plantas bajas…

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