Los piratas que conocemos hoy en día se parecen más al capitán Jack Sparrow de ‘Piratas del Caribe’, que a lo que realmente fueron hace siglos. Sus historias, aparentemente apasionantes, han dado mucho juego para el cine o la literatura, pero… ¿Quiénes eran realmente? El colaborador de “La Noche” José Luis Corral, profesor y catedrático de Historia, los define como “alguien que causaba daños tremendos aunque hayan pasado a la historia con cierta aura de héroes”. Y los diferencia también de los corsarios ya que eran dos tipos de personas completamente distintos. “El pirata está más relacionado con el mundo del ladrón y del delincuente frente al corsario que está al servicio del rey”. De hecho, los piratas eran más independientes mientras que los corsarios contaban con una ‘patente de corso’ que los acreditaba como marineros al servicio de una monarquía.

En esta ocasión, y de la mano de nuestro experto, conocemos a dos corsarios españoles. El primero era canario, de la aristocracia tinerfeña y se llamaba “Amaro Pargo”. Él se enfrentó a los piratas de Berbería o otomanos, criminales marítimos que raptaban a mujeres en estado de merecer y a niños para convertirlos en esclavos. Él era una persona que “se dedicaba a comerciar pero que, cuando las circunstancias lo propiciaban, realizaba también actos de piratería, saqueando y asaltando a los buques de la marina británica”.

El otro protagonista de esta historia de piratas era vallisoletano. Se llamaba “Pero Niño” y venía de “la nobleza venida a menos” de mediados del siglo XIV. Destacó por convertirse en uno de los principales apoyos de la casa de Trastámara y por realizar una serie de expediciones marítimas que “pusieron en jaque a la marina inglesa” y levantó auténtico pavor entre los capitanes de la Marina Británica por ser “un personaje de armas tomar”.