Quedan pocos en España, menos en Sevilla, pero asegura tener éxito. ¿Quién no ha escuchado alguna vez el sonido de la armónica por la calle? En 'La Noche de COPE' nos acordamos en la madrugada de este viernes de los afiladores. Un oficio muy tradicional de venta directa y ambulante, con la que cada uno de estos artesanos recorría las arterias de sus ciudades y pueblos más próximos. En esta profesión cada vez quedan menos profesionales, pero hay algunos que todavía resisten, como Daniel Trillo, que cuenta cómo se mantiene recorriendo los pueblos de la provincia hispalense.

La historia de Daniel es de esas que merecen ser contadas por su exclusividad. Porque me atrevería a decir que no existe prácticamente ningún profesional en España con su perfil y con la historia que tiene en su pasado. Montado en su moto, Daniel Trillo recorre las calles de Sevilla y alrededores para dar un servicio personalizado a sus clientes a sus 29 años. Es un oficio ambulante que el paso del tiempo ha convertido en minoritario y se ha envejecido, ya que los pocos afiladores que todavía quedan superan los 50 años de edad. La excepción ha pasado por 'La Noche de COPE' con Carlos Márquez.

Como suele ser habitual, aprendió el oficio de sus padres, desde pequeño observando el arte de un buen afilado que, según nos indican, consiste primero en vaciar el cuchillo y luego pulirlo. Recorre diariamente las calles, con su inconfundible melodía, anunciando a los vecinos su llegada por la zona, aunque sus principales clientes suelen ser los bares y restaurantes, también en menor medida las carnicerías y pescaderías. Existe una gran competencia por las tiendas asiáticas y las de reparación de calzados, pero Daniel le explica a Carlos Márquez por qué su servicio es más eficaz.

"A mis tres hijos les voy a enseñar"

Las razones de su paulatina desaparición son diversas: no hay relevo generacional porque ahora sus hijos y las personas jóvenes no quieren dedicarse a este trabajo. A muchos les da vergüenza ir con la moto, pero es un medio para ganarse la vida. Es un oficio artesanal, que necesita un esfuerzo manual y, evidentemente, la tecnología le está afectando. Pero Daniel confiesa en 'La Noche de COPE' que luchará contra ello. El joven afilador explica a Carlos Márquez cuál es su plan para continuar con la estirpe de los que mantienen con vida a esta honorable profesión.

Alrededor de la figura del afilador perviven ciertas supersticiones populares, sin fundamento alguno, relacionadas con la buena o mala suerte. También sucede eso con el alcoholismo y otros mitos negativos. Viejos oficios que desaparecen, antiguos trabajos que marcaron una época, personajes humildes y entrañables que paulatinamente dejan de verse por las ciudades y los pueblos. Daniel Trillo los desmiente.

¿Debería España implantar la propina americana en los bares?

¿Por qué interesa al Gobierno? Algunos locales de Madrid y de Barcelona ya incluyen directamente un porcentaje de propina: ¿es legal pagar de esa forma el sueldo de los camareros?

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