“Los sueños nos parecen reales cuando los tenemos, solo cuando nos despertamos nos damos cuenta de que algo no cuadra”. La frase es de la película “Origen”. Quien la pronuncia es nada más y nada menos que Leonardo DiCaprio. O mejor dicho, su personaje Cobb, ese ladrón que entra en los sueños de otras personas para robarles sus secretos más oscuros.

¿Cómo sabe Cobb que está soñando o que ya ha despertado? Durante toda la película utiliza un tótem, su peonza.

Tras ver la película una y otra vez, nos surge la pregunta: ¿Podemos controlar nuestros sueños igual que Leonardo DiCaprio en la película de Cristopher Nolan? Cuando estamos en la realidad onírica, ¿Podemos saber que todo es un sueño?

---

---

Los "sueños lúcidos" o saber cuándo es un sueño

En “La Noche de Adolfo Arjona” descubrimos que hay unos sueños conocidos como sueños lúcidos. Se trata de una práctica ancestral que nos permite saber mientras dormimos que la realidad en la que nos encontramos inmersos se trata de un sueño.

De esta forma, en el sueño lúcido podemos saber que estamos viviendo un sueño y seguir soñando conscientes de que lo que estamos viviendo no es real.

¿Podemos provocar nuestros propios sueños?

Sí. Según le ha contado el doctor en Bioquímica y experto en sueños lucidos, Iñaki Martín - Subero, a Adolfo Arjona, “aunque lo normal es no controlar los sueños porque tienen un papel muy importante en la regulación de las emociones, existe un sueño muy especial en el que el soñador tiene control del contenido del sueño”.

---

• Left6:No existe configuración de publicidad para el slot solicitado

??¿Por qué soñamos con algo que nos ocurre antes de meternos en la cama?

??¿Por qué se caen las pestañas?

??¿Por qué hay ruidos que nos ponen la piel de gallina?

Si quieres conocer las respuestas a estas preguntas, vente el lunes a La Noche de @ArjonaAdolfopic.twitter.com/Q0lp8tA1An

— La Noche de Adolfo Arjona (@LaNocheArjona) October 31, 2021

---

¿Las pesadillas pueden ser sueños lúcidos?

Hay una experiencia que todos hemos vivido alguna vez. Estamos en mitad de una pesadilla y en el peor momento, de pronto nos damos cuenta de que estamos soñando. En algunas ocasiones, las pesadillas sí pueden resultar lúcidas.

Esto ocurre según el doctor, “porque tienen un componente emocional muy grande” y ante tantas emociones, podemos llegar a despertarnos.

¿Cómo conseguiremos controlar nuestros sueños?

Para controlar nuestros sueños, el primer requisito es recordar aquello que hemos soñado. Durante el día, practicaremos para tener sueños lúcidos mientras dormimos. A lo largo de la jornada debemos detenernos y preguntarnos varias veces: ¿Es esto un sueño? Miramos alrededor y vemos la vida en vigilia. Todo es sólido. Si damos un salto en el aire caemos, no nos quedamos flotando. Y si nos miramos las manos, veremos que tenemos cinco dedos en cada una y no siete. Por tanto, estamos despiertos.

Esta práctica nos permite preparar un programa mental durante el día. Si convertimos esta práctica en rutina, una noche nos iremos a dormir, y tras la fase inicial de sueño profundo, llegaremos a la fase REM, y en ese punto, dentro del sueño, en la trama nos preguntaremos: “¿Es un sueño?” Y nos daremos cuenta de que sí lo es. Nos quedamos dentro del sueño, conscientes de que estamos soñando.

¿Con qué finalidad controlamos nuestros sueños?

Tener el control de nuestros sueños es mucho más que un entretenimiento. Más allá de experimentar conscientes esa realidad tridimensional que nos permite volar, nos ayudará a superar obstáculos y a avanzar en el auto descubrimiento de nosotros mismos.

Según los expertos, resulta una herramienta para superar miedos, fobias o pesadillas recurrentes, ya que el sueño lúcido ofrece un espacio terapéutico que es seguro. Si tenemos miedo a las serpientes, podemos proyectar una serpiente en el sueño, y saber que no hay nada que temer porque no estamos en la vida real.

Soñar o no soñar. Y sobre todo, saber si estamos soñando. Esa es la cuestión. (Peonza de DiCaprio incluida, con permiso de “Origen”, claro).

TAMBIÉN TE PODRÍA INTERESAR:

Solo usamos el 10% de nuestro cerebro: mito o realidad

La desconocida razón que provoca que dos personas se enamoren: "Asimetría"