Durante las primeras décadas del siglo XX, los nazis realizaban rituales ocultos que no todo el mundo conoce. Las ciencias ocultas despertaban un gran interés entre los hombres de Hitler. Las utilizaban con un fin, dominar el mundo. Pero, ¿qué prácticas llevaban realmente a cabo?

La escritora Miriam del Río, ha pasado este domingo por los micrófonos de ‘La Noche de Adolfo Arjona’ y ha detallado que los nazis hacían todo lo que se les pasaba por la cabeza: “todo tipo de artes ocultas. Creían que los arios eran superhombres y eran herederos de los dioses. Ellos querían hacer creer que eran la religión que tenía que dominar el mundo”.

Eric Frattini, periodista y autor de ‘Los científicos de Hitler’, también ha intervenido en el programa y ha explicado el significado del símbolo de la esvástica: “en el hinduismo es un símbolo de buena suerte y de paz, algo diferente a lo que entendieron los nazis. Ellos lo entendieron como un símbolo de pureza y de la raza aria. En Alemania hoy en día está totalmente prohibida”.

¿Qué era la sociedad Tule y qué peso tuvo en el nacimiento del na-cional-socialismo?

Fue una sociedad fundada por Rúdolf von Sebottendorf. Era un extraño individuo que decía ser masón, alquimista y astrólogo. Esta sociedad reivindicaba la raza aria. Entre sus miembros solo había integrantes de raza aria. Este grupo sufragó al partido nazi durante años. “Al principio se creía que la raza aria procedía del Tibet, y por eso se organizaban expediciones para encontrar evidencias de la conexión entre la raza aria y los alemanes”, ha precisado Eric Frattini.

La primera expedición fue en 1938. Buscaban frentes estrechas, rasgos angulosos y brazos y piernas largas. Pensaban que una vez demostrada la conexión Divina con la raza aria, solo tendrían que recurrir a la reproducción selectiva para recuperarla.

Durante los juicios de Nuremberg, algunos hombres de Hitler mostraron una actitud extraña y cuando conocieron su condena empezaron a entonar cánticos en una lengua desconocida. ¿Se ha averiguado qué eran esos cánticos? Supuestamente servían para custodiar sus almas hasta el Más allá. Nunca quisieron hablar sobre ello y se llevaron el secreto a la tumba.

Los hombres de Hitler se obsesionaron también con El Santo Grial porque creían que les traería la victoria suprema sobre el resto del mundo. Hay teo-rías que aseguran que lo buscaron incluso en las montañas de Montserrat, en Barcelona. Los hombres de Hitler encontraron una canción folclórica catalana que ha-cía referencia al Sagrado Cáliz y a la abadía de Montserrat. La canción ha-blaba de una fuente de vida oculta en un castillo donde se había edificado posteriormente el monasterio actual.

Hasta allí se desplazó un grupo de hombres en 1940. Los monjes asegura-ron que ellos no custodiaban ningún Grial, al menos que ellos supieran. Los hombres de Hitler tuvieron que marchar de allí con las manos vacías ante la perplejidad de los monjes.