Falta poco tiempo para que termine el año 2020, exactamente 5 días. En estos últimos momentos echamos la vista atrás para repasar un año, que sin duda, nos va a costar olvidar.

Hace prácticamente un año comenzamos a escuchar el nombre de la ciudad china de Wuhan, porque las autoridades comunicaban el primer caso de coronavirus del que se tiene constancia. Nunca imaginamos lo que supondría tal notificación. Así Wuhan, poco a poco, se fue convirtiendo en el epicentro de nuestras conversaciones y de la pandemia. Cruzó fronteras y dio el salto a Europa, a Italia, donde Lombardía se vio obligada a cerrar la madrugada del 7 al 8 de marzo.

Poco después, en España, lo inimaginable ocurrió, un virus obligaría a decretar cuatro estados de alarma, un confinamiento domiciliario que duraría semanas, cierres perimetrales en municipios, provincias y comunidades, colapsos hospitalarios, mascarillas y geles hidroalcohólicos en nuestros bolsillos.

Ese es el escenario en el que el coronavirus nos ha obligado a vivir este año 2020 y que nos ha dejado sin vivir fechas muy importantes de nuestro calendario. La primera llegaba el 13 de febrero con la cancelación del Mobile World Congress 2020 de Barcelona. Se trataba del evento más importante del mundo en su sector de empresas tecnológicas. Podríamos decir que este sería el primer gran punto de partida de la que se nos venía encima.

Poco después, el 14 de marzo deberíamos haber escuchado un mensaje de la fallera mayor de Valencia, ordenando el arranque de la Mascletá, pero tampoco pudo ser. Primero se retrasó a julio y finalmente se cancelaba su celebración. Todos los grandes eventos irían cancelándose.

Dejamos de oír los pasos de la Semana Santa. La Feria de Abril de Sevilla se quedó sin sus flamencas caminando hacia el Real y los aficionados a los toros no pudieron pasar una tarde en Las Ventas. Y por supuesto, también los tradicionales encierros que recorren las calles de Pamplona cada 7 de julio en honor a San Fermín. Podríamos decir que este año las fiestas patronales han sido las grandes damnificadas. Festejos que eran fechas en el calendario de los reencuentros y que tendrán que esperar.

Un ejemplo de ellas son también las fiestas del Pilar de Zaragoza, donde los mañicos han echado de menos este año bailar sus tradicionales jotas, acompañadas de populares cantos.

Un 12 de octubre muy atípico el vivido este año, el día de la Hispanidad que se quedó sin su desfile por la Castellana. Y casi al final de ese paseo de la Castellana, Cibeles se quedó sin madridistas para festejar La Liga.

El covid también nos ha mandado al olvido las alfombras rojas de los grandes premios y festivales del cine, la televisión y la música. No solo las estrellas se han visto afectadas, también el Papa ha tenido que cancelar sus viajes oficiales. El último viaje internacional sería el de Japón.

Y algo que la mayoría de los niños van a echar en falta estos próximos días es llevar la carta a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente.

Un año que nos ha arrebatado muchos momentos que pensábamos que nunca echaríamos en falta.