"Sánchez no se baja del alambre ni aunque el mundo se hunda a sus pies: si los Presupuestos no salen adelante, da igual"

El director de La Mañana del Fin de Semana reflexiona sobre la situación del Gobierno central, sus escándalos y declaraciones, y de cómo Sánchez no caerá a pesar de todo lo que está ocurriendo.

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Esta semana ha empezado el tercer curso político para Sánchez. Perdió las elecciones en el verano de 2023, pero consiguió los votos necesarios para una investidura en otoño de ese año. Hace dos meses y medio, solo dos meses y medio, desde que el juez instructor del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, levantó el secreto del sumario del caso Cerdán. Un sumario con repartos de dinero, empresarios que pagan comisiones, amaño de votaciones, enchufismo, purgas. Hace solo dos meses y medio Cerdán era todavía secretario de organización del PSOE. 

A mitad de junio, durante unos días, durante unas horas, se habló mucho de que la legislatura pudiera tener un final inesperado, de que Sánchez podía convocar elecciones. El mimso Sánchez fingió habérselo pensado. Sánchez está empezando su tercer curso político, como siempre, dispuesto a llegar hasta el final pase lo que pase. El mes de agosto y las largas vacaciones del presidente le han venido bien. 

Sánchez está muy delgado, pero durante el mes de agosto el PSOE ha recuperado unas décimas de intención de voto. Los socialistas están un punto y medio por debajo de la intención de voto que tenían antes de que estallara el caso Cerdán pero no han seguido cayendo. Y quien sube es Vox, y eso siempre le viene bien a Sánchez. A Sánchez le vino muy bien que antes de las vacaciones estallara el caso de posible corrupción del ex ministro Montero. El caso Montero y el caso Cerdán no tienen nada que ver pero Sánchez inmediatamente aprovechó la ocasión para colgarse la medalla: los socialistas son rotundos con la corrupción, los populares la toleran. 

Empieza el tercer curso político de Sánchez y como hemos visto esta semana esta dispuesto a seguir caminando sobre la alambre, a desprestigiar a las instituciones, a los jueces, a la fiscalía, a darle a Puigdemont todo y más, a tener paralizado el Parlamento con una mayoría que no le permite legislar ni sacar adelante los presupuestos. Desde antes de que nos fuéramos de vacaciones Sánchez no ha estado mareando anunciando que esta vez sí, esta vez sí iba a presentar presupuestos. Lo volvió a hacer el lunes en la entrevista en RTVE.

Los va a presentar, pero si no salen adelante le va a dar igual. Pues vaya, el equilibrista antes de subirse al alambre se pone la red. Sánchez tiene en este momento solo 158 votos seguros y necesita 176 para sacar adelante los presupuestos. Eso explica lo que hemos vivido esta semana, como explica la amnistía, el cupo catalán, las transferencias en migración para Cataluña y todo lo demás. Esta semana hemos tenido nueva ración de cortejo al independentismo.

Illa, el presidente de la Generalitat, no quiso hacer declaraciones después de la reunión que mantuvo este martes en Bruselas con Puigdemont, recordemos, prófugo de la justicia. Desde que obligaron a Cerdan a dimitir, Zapatero, que vale para un roto y para un descosido, ha sido el interlocutor de Puigdmeont. Pero Puigdmont a finales de agosto hizo saber que quería alguien de más peso y le han mandado a Illa. Sánchez sigue dándole protagonismo a un Puigdemont que, en circunstancias normales, después de los resultados de las últimas elecciones catalanes sería un cadáver político en una Cataluña en la que el apoyo a la independencia está mermado. Illa fue el entremés: la próxima foto será con Sánchez. Junts sigue exigiendo, Junts quiere la amnistia para Puigdemont pero eso el Gobierno no puede dárselo, depende del Supremo. 

La foto de Illa con Puigdmont no ha servido para ablandar a Junts de cara a la votación que va a tener lugar el proxim miércoles en el Congreso. Se votan el miercoles las enmiendas a la totalidad al proyecto de reducción de jornada laboral de Yolanda Díaz.  Junts mantiene su veto. En la segunda semana del curso político, el Gobierno puede cosechar su primera derrota en el Congreso.

El martes, el Gobierno aprobó el anteproyecto de ley de la quita de la deuda, que es también una concesión al independentismo, en este caso a ERC. La quita de la deuda de las CAS es un intento de suavizar el rechazo al cupo catalán pactado por Sánchez con ERC. El Gobierno quiere con la quita de la deuda hacernos creer que una financiación singular para Cataluña beneficia a toda España. Sánchez en la entrevista de RTVE falto a la verdad, o sea mintió porque dijo que esa quita de la deuda servirá para que se pueden construir más hospitales, se pueda hacer más política social. Lo mismo dijo la ministra de Haciendo, Montero.

El propio anteproyecto aprobado por el Gobierno deja claro que la legislación presupuestaria impide que el ahorro en el pago de los intereses de la deuda se utilice para incrementar el gasto. La quita de la deuda es una invitación a la irresponsabilidad y está diseñada de modo que favorece especialmente a Cataluña.

Sánchez comienza el tercer curso político sin apoyos parlamentarios. Y agosto es un mes de espejismo judicial, prácticamente es inhábil. Ahora todo vuelve a empezar. García Ortiz, el fiscal general del Estado, su fiscal general del Estado, se siente en el banquillo. El miércoles, sin ir más lejos, Begoña Gomez vuelve a declarar ante el juez. Además, el juez ha pedido, a instancias de la UCO, informes patrimoniales sobre Cerdán y Ábalos, sus patrimonios pueden estar mezclados. Además la fiscalía La Fiscalía encarga a la UCO que analice el 'pendrive' que Leire Díez, la fontanera del PSOE, entregó a Cerdán. El mundo puede hundirse a sus pies, pero Sánchez no se baja del alambre.

Visto en ABC

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