"Los que han venido a Roma no van a celebrar la muerte, sino a saludar a alguien que ha despertado en ellos una esperanza"

Las ocho de la mañana las siete en Canarias, muy buenos días a la gente-gente. Muy buenos días a los madrugadores del fin de semana.

Estoy rodado de madrugadores del fin de semana. Estoy rodeado 100 mil, 150 mil, probablemente 200 mil madrugadores del fin de semana que se han levantado muy tempranito para asistir a los funerales de despedida.

Desde las seis de la mañana copia arrancado con una programación especial que llegará hasta las tres de la tarde. Te contaremos todo lo que sucede aquí en la plaza, te llevaremos todos los sonidos, todas las sensaciones, todas las ideas que habrá muchas aquí en la plaza de San Pedro. Y luego acompañaremos al Papa hasta Santa María la Mayor. 

En las últimas dos horas esto se ha ido llenando. Yo estoy al inicio de la plaza de San Pedro, donde acaba vía de la conciliación. Tengo delante de mí toda la vía de la conciliación. Si miro hacia abajo, pues es que está allá llena. En frente tengo la plaza de San Pedro. La girándome veo la plaza de San Pedro. La mañana es estupenda. Nos ha amanecido aquí en Roma un día soleado. 

En este momento la luz de la mañana da sobre la maravillosa cúpula de Bernini. Una mañana fresquita pero preciosa para despedir al Papa Francisco. Desde que llegué el jueves de aquí a Roma, me estoy preguntando qué hace aquí tanta gente. No se puede dar, por supuesto, lo que está sucediendo aquí en Roma. Han pasado 250.000 personas por la capilla ardiente del Papa. (...)"