

Antonio Herraiz: "La misma Mónica Oltra que linchó a Camps ahora se niega a dimitir"
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Sábado 2 de abril que viene con frío. Ya no es tan temprano y si sales ahora a la calle te vas a encontrar temperaturas bajo cero en muchos puntos de la península. Especialmente en la mitad norte. El frío y la nieve que vienen de la mano de un frente con una masa de aire Ártico y una borrasca que han bautizado con el nombre de Ciril. Del frío intenso se libran en Cádiz, en Huelva y Sevilla donde esperan máximas cercanas a los 20 grados.
Y en Sevilla hoy Alberto Núñez Feijoo va a clausurar el congreso extraordinario del PP. No es un cónclave más. Para el PP es el Congreso más importante desde aquella cita del 90 en la que se refundó el principal partido del centro derecha español. La situación es diferente a aquella, después de casi cuatro años en los que Pablo Casado no ha sido capaz de afianzar un liderazgo firme y tras un terremoto interno y un pulso con Isabel Díaz Ayuso que se lo ha llevado por delante.
La situación es distinta a la del 90 porque ahora mismo el tradicional espacio de centro derecha, una parte más hacia la derecha que al centro, lo ha ocupado VOX, con el que todo indica que Núñez Feijoo estará obligado a entenderse si quiere llegar a Moncloa.
COSER LOS ROTOS
Al margen de los nombres, de quién es el número 2, el 3, el vicesecretario de no sé qué área, o qué regiones tienen más peso en el núcleo duro, la tarea que tiene por delante el nuevo presidente del PP no es otra que la de coser todos los rotos que ha dejado el equipo anterior. No tiene mucho tiempo. Si no hay adelanto electoral, las generales serán a finales de 2023.
Pero es que este mismo año hay unas autonómicas andaluzas a la vuelta de la esquina y luego autonómicas en la mayoría de comunidades y municipales en mayo de 2023.
Ahí es donde realmente se va a medir el efecto Núñez Feijoo, con una dilatada experiencia de gestión, que esto es importante, y con una trayectoria política avalada en Galicia con cuatro mayorías absolutas. El triunfalismo de los congresos sirve de poco, las alabanzas al líder tornarán en críticas, si los resultados en las urnas no acompañan. Y, si no, que se lo digan a Pablo Casado al que poco le duraron los aplausos que recibió tras ganar a Soraya Sáenz de Santamaría en el congreso de julio de 2018.
¿Qué nos ha dejado la primera jornada de este congreso de Sevilla? Lo previsto. La despedida de Pablo Casado que después de cuestionar decisiones internas ante el PP europeo cuando ya estaba fuera, como el pacto con Vox en Castilla y León, ha preferido marcharse sin hacer excesivo ruido. Abandona su escaño y deja la política, al menos de forma temporal.
Hoy vamos a seguir conociendo nombres del nuevo equipo de Feijoo. Ya sabíamos que Cuca Gamarra va a ser la número dos, la secretaria general. Hablábamos antes de coser. Tendrá tarea porque hay muchos rotos en comunidades y en regiones que ha dejado su antecesor, Teodoro García Egea. Y en un guiño al partido en Andalucía, con las elecciones andaluzas a la vuelta de la esquina, Feijoo ha elegido al vicepresidente andaluz, al malagueño Elías Bendodo, como el nuevo coordinador del partido. El número 3.
Hoy, ya decimos se clausura en Sevilla el congreso extraordinario del PP en el que ha salido como nuevo presidente Alberto Núñez Feijoo.
¿DÓNDE QUEDÓ LA BANDERA FEMINISTA?
Además de Núñez Feijoo, las últimas horas nos dejan otra protagonista. Es la vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra. Un juez instructor de la Audiencia de Valencia ha pedido que imputen a la vicepresidenta. ¿Por qué?
Todo parte de un turbio asunto del ex marido de Mónica Oltra. Fue condenado a cinco años de cárcel por abusar de una menor tutelada que residía en el centro donde trabajaba como educador.
Además de la condena al ex marido de la vicepresidenta del Gobierno valenciano, se ha abierto una causa paralela para investigar si desde la consejería de Igualdad no solo omitieron su obligación de denunciar, sino que taparon los abusos. Hay 13 altos cargos de la consejería que dirige Mónica Oltra que están imputados y en las últimas horas el caso ha dado un giro más.
El juez que instruye esta causa ha pedido que se impute a la propia vicepresidenta valenciana. Él no puede hacerlo, porque Oltra es aforada, y lo que hace es elevar esta petición al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad valenciana.
El instructor apunta a una evidente falta de diligencia por intentar aclarar los hechos. De hecho llegaron a cuestionar la versión de la menor. ¿Dónde quedó la bandera feminista del yo si te creo?
Una vez que el juez ha pedido imputar a la vicepresidenta del Gobierno valenciano qué es lo que ha dicho Mónica Oltra. Se agarra al cargo. Que no dimite y tira de manual: todo es un complot de la derecha para acabar con un gobierno de progreso.
No va a dimitir, faltaría más. Se enroca al cargo, al sillón y eso pone en una situación complicada al propio presidente Ximo Puig, que de momento también se resiste a destituirla. Por eso es bueno recordar lo que no hace tanto decía la propia Mónica Oltra.
Estos son los que vinieron a regenerar, después de hostigar y linchar políticamente a sus rivales, como Francisco Camps, que sí dimitió y en 9 causas abiertas contra él ha quedado absuelto.
GASOLINA
El primer día de la bonificación de 20 céntimos por cada litro de combustible que eches a tu vehículo ha salido todo lo bien que podía salir una medida improvisada y atropellada. La situación es la siguiente. Cientos de conductores apuraron sus depósitos o repostaron lo imprescindible para ir tirando. La intención era clara: si lo lleno a partir del viernes, me ahorro 20 céntimos por cada libro. Esto provocó que la demanda fuera muy superior a la media de un viernes normal.
¿Esto qué provocó? Lo esperado. Largas colas en muchas gasolineras. Primero por una elevada demanda, segundo por el cierre de algunas estaciones de servicio incapaces de adelantar la bonificación del Gobierno y tercero porque en caja, los empleados no siempre disponían de las herramientas informáticas para aplicar el descuento. De hecho, algunas gasolineras tuvieron que cerrar sobre la marcha ante el colapso del sistema informático.
Esto lo van a ir solventando. El problema es más de fondo. Primero si esta bonificación es una medida eficaz y oportuna. A todos nos viene bien que nos quiten 20 céntimos por litro, o 30 cómo están aplicando ya algunas petroleras. Sobre todo después del precio que han alcanzado los carburantes con máximos de 2 euros el litro de gasolina durante el pasado mes de marzo. Que nadie se llame engaño. Aún quitándote 20 o incluso 30 céntimos estás pagando el carburante por encima de lo que lo pagabas a principio de año, cuando ya estaba disparado.
Luego muchos economistas y también el Banco de España cuestionan una medida centrada en un impulso fiscal generalizado, es decir, decisiones que se aplican de forma lineal, sin tener en cuenta la renta. El descuento es igual para todos y si no tienes coche no te beneficia. Esto podría haberse paliado con una rebaja de impuestos que se han negado a tocar.
Pero los economistas consultados por COPE van más allá. Según Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos, el plan del Gobierno no va a servir para solucionar los problemas de fondo.
Y hay un frente más que sigue todavía con muchas dudas. La bonificación de los 20 céntimos de forma inmediata la asumen los dueños de las gasolineras. Son conscientes de que una medida tan improvisada va a generar muchos problemas burocráticos y que a ellos no les van a reembolsar el dinero de forma inmediata. Hay grandes petroleras, sí, pero también hay pequeñas y medianas empresas. Es el caso de Fernando Ochoa. Tiene tres gasolineras. Una de ellas en la Alcarria, en Brihuega, un pueblo de menos de 2.500 habitantes. Hoy va a volver a abrir para no dejar tirados a los clientes, pero no sabe hasta cuándo va a poder hacerlo porque está trabajando a pérdidas.
Lo esencial de esta medida que es populista y por eso la calle aplaude es que es un parche para esconder la falta de medidas estructurales que hagan frene a un déficit desbocado.
UCRANIA
Al margen de todo esto, no hay que dejar de mirar a Ucrania. Salvo la invasión, que la anunció de forma indirecta con esos más de 100.000 soldados durante muchas semanas en la frontera, nada o casi nada de lo que ha dicho Putin se ha cumplido.
Ni el alto el fuego, ni tampoco ese cambio de estrategia para centrarse solo en el este, ni el respeto de los corredores humanitarios… nada cumple, por eso todos los mensajes que seguimos escuchando entran dentro de la otra guerra de la información y la desinformación.
Lo último pasa por una acusación de Rusia. El Kremlin asegura que Ucrania ha bombardeado un depósito de gasolina en territorio ruso. Dos helicópteros militares ucranianos, según Moscú, habrían volado a baja altitud lanzando ese ataque y dejando dos heridos.
¿Estamos cerca del final de la guerra? Si miramos a los distintos frentes, no. Si miramos a los despachos y queremos creer lo que nos dicen, pues siempre hay mensajes en una dirección positiva. Pero una cosa son las palabras y otra los hechos, y los hechos no invitan, de momento, a ser demasiado optimistas.



