Jornada de reflexión o dicho de otra manera, día nacional del indeciso, que “haberlos hailos”, como las meigas. Muchos han decidido su voto, otros no van a votar, y el indeciso es esa codiciada especie de votante que, dicen los que saben de sondeos, que ronda el 35%.

Nada garantiza que mañana cuando cierren los colegios electorales el problema vaya a estar resuelto. Es más, hay quien contempla que la situación pueda complicarse todavía más. Pero aún en ese escenario, pensar en una nueva situación de bloqueo para España resulta inconcebible por el hartazgo general, el hastío. Porque el Gobierno estará en funciones, pero los españoles no. La vida sigue y en España amanece todos los días.

Así que, a partir del lunes, si hay que negociar, desde luego, se hará de otra manera. No hay margen para estrategias de desgaste, ya no vale el comodín de nuevas elecciones  o, al menos, eso queremos pensar, porque plantearse otro bloqueo, otras elecciones, ya resulta inverosímil.

Es como plantearse la caída de un meteorito. ¿Puede pasar? Sí, ya les pasó a los dinosaurios. ¿Pero ahora? Oiga, no creo. Lo que pasa es que conociendo a los políticos que tenemos se nos puede acabar poniendo la misma cara que pusieron los dinosaurios viendo venir el meteorito ,pero nosotros viendo venir unas elecciones.

Y esta jornada de reflexión viene a coincidir con el 30 aniversario de la caída del Muro de Berlín. La reunificación de Alemania, el final de la política de bloques, el inicio del desarme nuclear de los 90, un mundo que de repente se volvía más seguro para las generaciones que vivieron la Guerra Fría.

A la hora de mirar hacia estos 30 años, ¿qué queda de esa seguridad a la que aspirábamos en aquel 1989? Pues la verdad es que ya no se llama Guerra Fría, pero Rusia y Estados Unidos siguen midiendo fuerzas por todo el planeta, desde Venezuela hasta el Golfo Pérsico pasando por Ucrania o Siria. Mira por donde, 30 años después tanto Trump como Putín se han empeñado en romper el tratado de misiles nucleares de alcance intermedio. Con cosas así cuesta creer que se haya aprendido algo. Pero... aquí estamos, reflexionando.