Un turista llega a un hospital de Valencia con una herida de un año antes y le ingresan en la UCI al detectar que era una enfermedad erradicada en 1978
José Luis del Pozo León, director del Servicio de Enfermedades Infecciosas de la Clínica Universidad de Navarra, analiza en La Linterna la historia de un turista español de 44 años

Madrid - Publicado el
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Un turista español de 44 años ha fallecido este viernes en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital La Fe de Valencia tras un año de lucha contra la rabia, enfermedad que contrajo por la mordedura de un perro en Etiopía en julio de 2024. El caso, calificado como "excepcional" por las autoridades sanitarias, ha reabierto el debate sobre la prevención de esta infección, erradicada en España desde 1978 pero aún endémica en más de 150 países, principalmente en África y Asia.
Ingresado en una UCI de Valencia
El hombre, cuyo nombre no ha sido revelado, viajaba con su esposa por Etiopía cuando sufrió la mordedura en la pierna derecha. Aunque limpió la herida, no buscó atención médica ni en el país africano ni a su regreso a España, ya que no presentaba síntomas iniciales. Sin embargo, doce meses después, su salud se deterioró abruptamente, con alucinaciones y parálisis muscular, lo que llevó a su ingreso urgente en la UCI.
Las pruebas realizadas el 29 de mayo confirmaron el diagnóstico de rabia, y pese a la administración de inmunoglobulina antirrábica y la vacuna, su estado era "crítico e irreversible", según el conseller de Sanidad valenciano, Marciano Gómez.

Perro con rabia
El doctor José Luis del Pozo León, director del Servicio de Enfermedades Infecciosas de la Clínica Universidad de Navarra, explicó en una entrevista con La Linterna que la rabia tiene un periodo de incubación "impredecible", que puede oscilar entre semanas y años. "El virus viaja por las neuronas desde la herida hasta el sistema nervioso central. Cuanto más lejos sea la mordedura del cerebro y menos carga viral haya, más tardarán los síntomas", detalló. Una vez manifestada, la enfermedad es "prácticamente mortal en el 100% de los casos si no se interviene a tiempo", añadió.
La rabia, erradicada en 1978
El fallecido no estaba vacunado contra la rabia, un factor clave en su desenlace. La subdirectora médica del IMED Valencia, María Bononad, insistió en que la profilaxis debe aplicarse "inmediatamente tras la mordedura, incluso sin síntomas", ya que el virus puede permanecer latente. "España está libre de rabia, pero quienes viajen a zonas de riesgo deben vacunarse y acudir a un centro médico ante cualquier exposición", recalca.
Del Pozo León subraya que, aunque España no registra casos autóctonos desde hace décadas, la globalización y los viajes a países endémicos suponen un riesgo creciente. "Cada año mueren 60.000 personas por rabia en el mundo, la mitad niños. Es una enfermedad desatendida que afecta a poblaciones sin acceso a agua potable, ni hablar de vacunas", lamentó. El experto citó como medidas esenciales el lavado exhaustivo de la herida con soluciones desinfectantes y la administración combinada de gammaglobulina y vacuna post-exposición.

Un enfermo en una cama de la UCI del Hospital de Emergencias Isabel Zendal, Madrid
El mapa global de la rabia
África subsahariana, Asia (especialmente India y China) y el norte de África concentran el 95% de los casos mundiales, transmitidos principalmente por perros no vacunados. En Melilla, por ejemplo, se han detectado canes con rabia, aunque sin contagios humanos. Pese a ello, el Instituto de Salud Carlos III confirma que este es solo el tercer caso importado en España desde 2000, tras los registrados en Madrid (2014) y Euskadi (2019), ambos con origen en Marruecos y también fatales.
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El consejero Gómez pidió "tranquilidad" pero también "concienciación": "La rabia no es una amenaza aquí, pero sí lo es para viajeros que subestiman el riesgo". Recomendó vacunarse antes de visitar zonas endémicas, especialmente a grupos como espeleólogos o trabajadores con animales 11.
Un final evitable
La tragedia del turista valenciano evidencia las consecuencias de ignorar protocolos básicos. Su caso, junto a las declaraciones de Del Pozo León, resuena como una advertencia: en un mundo interconectado, enfermedades aparentemente lejanas pueden cruzar fronteras. Mientras, familias como la del fallecido enfrentan un duelo agravado por la certeza de que una simple vacuna podría haber cambiado el desenlace.
Hoy, la rabia sigue siendo un recordatorio de que la salud global exige cooperación, recursos y, sobre todo, prevención. Como concluyó Del Pozo León: "No es un problema de España, pero sí de humanidad".