La trascendencia del viaje de León XIV a Líbano: "Las familias son las que más sufren en las crisis y la Iglesia hace mucho para ayudarles"

Entre aplausos y gritos de "viva el Papa", León XIV ha sido recibido en el santuario de Nuestra Señora de Harissa con una alegría inmensa, a pesar de la lluvia que ha estado presente durante el viaje. Cientos de personas le han mostrado su cariño lanzando arroz al paso de la comitiva y alzando banderas del Vaticano y del Líbano. El Papa aterrizó en Líbano decidido a reafirmar el compromiso de la Iglesia con la paz, en un gesto de cercanía con una de las comunidades cristianas más relevantes de la región.

Un mensaje de unidad y paz

A primera hora del lunes, el Papa acudió al monasterio de Anaya, donde se encuentra la tumba de Charbel, el primer santo libanés eremita, un lugar visitado por cerca de cuatro millones de peregrinos cada año, no solo cristianos, sino también musulmanes. Desde allí, el Pontífice ha hecho un enérgico llamamiento a la unidad: "Para la iglesia pedimos comunión, unidad, empezando por las familias, pequeñas iglesias domésticas, y luego en las comunidades parroquiales y diocesanas, y también para la iglesia universal".

Asimismo, el Papa ha aprovechado una vez más para pedir la paz en el país y para todo Oriente Medio. "Para el mundo pedimos paz, especialmente la imploramos para el Líbano y para todo Oriente Próximo, pero sabemos bien, y los santos nos lo recuerdan, que no hay paz sin conversión de los corazones", ha afirmado. León XIV ha animado a las comunidades cristianas en Líbano a crear un clima fraterno para superar la crisis provocada por la guerra.

Poco después, en el santuario de Harissa, ha mantenido un encuentro con obispos y religiosos del país, donde ha hecho referencia a la responsabilidad hacia las nuevas generaciones. "Es importante favorecer su presencia. Y es necesario, incluso entre los escombros de un mundo con dolorosos fracasos, ofrecerles perspectivas concretas y viables de renacimiento y crecimiento para el futuro", ha declarado en un perfecto francés ante los presentes.

Pienso en la responsabilidad que todos tenemos hacia los jóvenes"

León XIV

En Líbano

La compleja realidad libanesa

Líbano es un país de una extraordinaria diversidad contenida en un territorio pequeño pero de importancia geográfica clave, limitando con Siria e Israel. En el programa La Linterna, Expósito recordaba la visita del equipo de COPE al país hace seis años, cuando era la nación que acogía al mayor número de refugiados sirios del mundo en proporción a su población, con un sirio por cada dos libaneses.

El relato de la guerra se materializaba en las historias de los niños atendidos en el centro Fratelli, en Sidón, que habían visto morir a sus padres. Allí, el hermano Isaac, un salesiano octogenario jubilado, dedicaba sus días a una labor sencilla pero fundamental: "Por la mañana, pues uno se dedica a dar los balones a los chicos que piden para jugar, se contentan con poco (...) y dar los bocadillos a los 200 y pico chicos que en esa mañana".

Desde entonces, el país ha vivido una depresión económica, la pandemia del COVID y la devastadora explosión del puerto de Beirut, eventos que agravaron la situación y provocaron una fuerte emigración. En este contexto, el trabajo de misioneros como Guillermo, con cinco años en el proyecto Fratelli, es crucial, ofreciendo alfabetización, formación y apoyo psicológico a sirios, palestinos y libaneses pobres de hasta ocho confesiones religiosas distintas.

Voces desde el terreno

El espacio radiofónico de COPE ha analizado la situación del país ante la visita de León XIV con el Padre Raymond Abdó, religioso carmelita que ha participado en el encuentro. "Fue una jornada muy hermosa, muy bella, en el santuario de la virgen de Farita, donde nos hemos encontrado con el papa casi 2500 personas", ha relatado, describiendo cómo el Pontífice escuchó testimonios de párrocos y personas que trabajan con prisioneros.

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El Papa en Líbano, ¿qué país se ha encontrado?

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El Padre Raymond ha explicado que la situación actual es muy complicada por las crisis políticas y económicas. En su análisis, ha destacado que son las familias la "primera célula que sufre" y ha subrayado el esfuerzo de la Iglesia: "Hacemos mucho esfuerzo para sostener, ayudar a las familias para ir adelante en las diferentes necesidades, sea económica, sea social, de salud". Su prioridad es asegurar el trabajo y la educación de los hijos para evitar la migración del campo a la ciudad.

Las familias son las que más sufren en las crisis y la Iglesia hace mucho para ayudarles"

Padre Raymond

Religioso en Beirut

El director de La Mañana de Fin de Semana, Fernando de Haro, autor del documental "Líbano, desarmado", ha destacado la valentía del viaje papal. "Cuando ayer el Papa aterrizó en el aeropuerto de Beirut, hay un barrio allí que está controlado por Hezbolá que acababa de bombardear Israel. O sea, es un país que no está en guerra, pero que no está en paz", ha contextualizado.

De Haro ha calificado de "milagro" la reunión del Papa con chiitas, suníes, drusos y cristianos, algo que "sucede porque va León XIV". Para el periodista, la paz es posible porque la convivencia ya existe a pequeña escala, como demuestran los cristianos que acogieron a chiitas durante la última guerra. "La paz se hace de vecino a vecino, cuando tú ayudas al vecino que tienes a tu lado. Y eso lo hemos visto, con lo cual la paz es posible", ha sentenciado.

La visita del Papa al Líbano concluye dejando mensajes claros sobre la paz, el bien común, el ecumenismo y la importancia de las migraciones. Un viaje que, como ha recordado el maestro Luis del Val, evoca la fortaleza del cedro, símbolo del país, bajo cuya sombra, según la tradición, "se sentaban numerosas naciones". Ahora, la labor de los cristianos es clave para seguir cerrando heridas y reconstruir un futuro en el que esas naciones puedan volver a sentarse juntas.