La historia que te vamos a contar ocurrió en 2016. Un chaval de 17 años, Iván, se metió en una página de contactos, probablemente más por curiosidad que por otra cosa, y dio con un tal Vicente Paradís, de 62. Intercambiaron mensajes hasta que el chico se asustó y quiso cortar con aquella relación a través de la red. El hombre enfureció y comenzó un acoso implacable contra Iván a través de Whatsapp. Hasta 119 mensajes amenazantes le envió en solo 7 horas. La víctima incluso le pidió perdón, pero el tipo siguió con su ataque. Desesperado, le dijo que si seguía con ese acoso se iba a suicidar. Ni siquiera así se detuvo Vicente Paradís. Lo terrible es que, como había anunciado, Iván se quitó la vida, aterrorizado por la situación. Ayer, en Castellón, un jurado popular declaró al hombre culpable de homicidio, con la agravante de superioridad. El fiscal pide 14 años de cárcel para el condenado, y la acusación particular. Hablamos sobre este caso con Pablo Muñoz.

El veredicto, según cuenta Muñoz, se basa en que "el condenado era plenamente consciente de que el chico pasaba un momento de angustia y desasosiego hasta el punto de quitarse la vida. Y él que le escribía lo sabía. Incluso cuando se ha producido el suicidio, sigue mandando mensajes". El jurado sostiene que el hombre conocía que era un chico inmaduro y vulnerable y, sin embargo, sigue con su estrategia.

Los mensajes eran, para un chico de 17 años que se veía en esa situación, muy duros. "Si te suicidas les dejarás el marrón a tus papás. Te voy a enseñar a no hacer perder el tiempo y no fastidiar. Voy a por ti", enumeraba Muñoz.

Respecto a los argumentos que utilizó la acusación para convencer al jurado es explicarles "lo que el Tribunal Supremo llama la doctrina de imputación objetiva. Para condenar por homicidio no hace falta que alguien mate a otro directamente sino que se le ponga en una situación de riesgo que se produzca esa situación de muerte".

Hoy tenemos a otra invitada. Es abogada, con amplia experiencia y lleva algunos asuntos tan conocidos como el de Manuela Chavero, en el que ejerce la acusación particular. Se llama Verónica Guerrero y ha pasado por los micrófonos de 'La Linterna' para hablar sobre esta mujer de 42 años de Monesterio (Badajoz) que fue hallada muerta en septiembre de 2020 después de cuatro años desaparecida.

En el verano de 2016, concretamente el 5 de julio, su familia denunció su desaparición. Además, también ha hablado sobre el caso de este chico, asegurando que "es un veredicto muy novedoso por la teoría de la imputación objetiva. Se condena por homicidio doloso".

Guerrero también ha hablado sobre el caso de Manuela Chavero. Era madre de dos hijos, permaneció durante mucho tiempo en la lista de desapariciones de alto riesgo del Ministerio del Interior. Cuatro años después, en 2020 los investigadores detuvieron a su asesino.

El cuerpo, enterrado, fue encontrado en una finca próxima a la localidad, propiedad del acusado, Eugenio Delgado, que fue quien llevó a la Guardia Civil hasta ese lugar tras ser detenido. Este lunes, el Juzgado de Instrucción número 1 de Zafra comunicó a este individuo que su caso va a ser juzgado por un tribunal popular.

"La autopsia no es compatible. La dinámica lesional de la autopsia de Manuela no es compatible con lo que dice el acusado. Lo dice el Instituto de Medicina Legal de Badajoz. Nosotros como acusación hemos presentado un informe pericial que añade lesiones a la autopsia inicial y, en este análisis, además de estas lesiones se añaden otras. Es un móvil sexual. Vamos a ir a por una detención ilegal y un delito de lesiones psíquicas y contra la integridad moral por los padres de Manuela", argumenta.