Por qué la mitad de los hijos de inmigrantes en España no se sienten españoles: "No es un rechazo a la identidad"
Ángel Expósito analiza con la directora de estudios sociales de Funcas, María Miyar, cómo es la adaptación de estos ciudadanos que serán relevantes en el país durante la próxima década

Organizaciones y colectivos de la sociedad civil han convocado esta tarde una concentración-performance con motivo del Día Internacional de los Refugiados en el entorno del Museo Reina Sofía de Madrid.
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El parque infantil se ilumina con el sol que cae al atardecer. Los niños corren entre columpios y toboganes, con balones que pasan de unas manos a otras sin preguntar el origen de cada uno. Las canciones infantiles se mezclan con acento de distintas partes del mundo y la vida cotidiana refleja una España cambiante, marcada por la inmigración y la segunda generación de extranjeros nacidos en el país.
Ángel Expósito, en El Tema del Día de La Linterna de COPE, describe cómo esta diversidad no solo se nota en la calle, sino también en la demografía: "Cuatro de cada 10 menores de cinco años ya son de origen extranjero", recuerda, citando el último informe de Funcas. La adaptación de estos jóvenes será decisiva en la próxima década.
Generación nacida en España
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La importancia de la inmigración en España
Para muchos hijos de inmigrantes, nacer en España no garantiza un sentimiento automático de identidad española. María Miyar, directora de estudios sociales de Funcas, explica que “si cogemos a los que son hijos inmigrantes y que han venido a una temprana edad, la identificación con lo español es relativamente baja, del 40%. Pero los nacidos en España alcanzan un 82%, una cifra considerable.”
El informe refleja que los hijos de inmigrantes tienen retos particulares: educación, barreras idiomáticas y desigualdad socioeconómica. Héctor Cebolla, investigador del CESIC, apunta que “la brecha entre autóctonos e inmigrantes se amplía a lo largo del tiempo porque se manifiesta con más intensidad en secundaria que en primaria.” Este mismo asunto lo abordamos en este informe COPE sobre inmigración.
Tatiana Marja, ucraniana residente en España desde 2001, recuerda los comienzos difíciles: “Al principio con mucho miedo, con mucho respeto. Es un trabajo que nunca he hecho, pero después he tenido suerte con todos mis jefes.” Historias como la suya ilustran que la inmigración ha dejado de ser coyuntural y se ha convertido en un componente fundamental de la sociedad española.

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Educación y desigualdad temprana
Los datos muestran que la segunda generación de inmigrantes enfrenta desventajas educativas desde la infancia. “Las puntuaciones en test cognitivos son peores, especialmente en ciencias, matemáticas y comprensión lectora”, explica Cebolla, y Jacobo Muñoz, profesor de sociología en la UNED, añade: “Los hijos de familias africanas tienen más dificultades para culminar estudios universitarios, mientras que los de origen latinoamericano lo logran en mayor medida.”
El acceso a la educación superior sigue siendo un factor clave en la adaptación social y laboral. Menos de la mitad de la segunda generación ocupa trabajos manuales de baja cualificación, y uno de cada cuatro alcanza puestos directivos o profesionales. Sin embargo, el desempleo se mantiene por encima de la media nacional, con excepciones entre mujeres latinoamericanas y africanas. Más sobre la integración de menores migrantes.
Retos y oportunidades demográficas
España enfrenta un panorama demográfico complejo. Alejandro Macarrón, coordinador del observatorio demográfico del CEU-CEFAS, advierte que “la inmigración puede paliar parcialmente el envejecimiento, pero no resuelve la falta de hijos nativos.” La natalidad española sigue en descenso, con un 40% de jóvenes que no tendrá descendencia. Además, la vivienda y la economía son obstáculos que condicionan la decisión de formar familia.

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Carmen Sánchez, del Instituto de Estudios de la Familia de la Universidad CEU San Pablo, alerta sobre un riesgo real: “Si cada año nacen menos niños y no se revierte esta tendencia, corremos el gravísimo riesgo de que el pueblo español se extinga.” Las políticas de apoyo a la familia y la integración efectiva de la segunda generación de inmigrantes serán decisivas para mantener la cohesión social y la diversidad cultural.
Ángel Expósito concluye que la inmigración no solo es fundamental para la economía y la riqueza cultural de España, sino también para equilibrar una población cada vez más envejecida. “El 40% de los menores de cinco años son extranjeros o hijos de extranjeros. Esto es un cambio generacional que veremos en la próxima década”, remarca, evidenciando la necesidad de políticas inclusivas y educación de calidad para todos.