Diego Garrocho: "No tengo tan claro que Maestre o tantos otros sobrevivan a sus propios principios"
El profesor de Filosofía, Diego Garrocho, defiende que toda opción política implica una visión moral del mundo y que es legítimo, incluso necesario, asumir y expresar esa dimensión ética

Madrid - Publicado el
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Pues en las últimas horas, Rita Maestre ha señalado que la izquierda es moralmente superior a la derecha, y de pronto mucha gente se le ha echado encima. Pero, en el fondo, este escándalo me parece absurdo, porque lo que cualquier persona en sus cabales entiende es que las opciones políticas se orientan efectivamente por preferencias morales.
Es decir, yo lo que espero de un político de derechas es que crea fehacientemente en la superioridad moral de los valores conservadores. Y, del mismo modo, lo razonable en alguien de izquierdas es que subraye la condición moralmente deseable de su ideología.
Durante algún tiempo, algunas personas muy engoladas han insistido en la necesidad de no moralizar la política, aunque sospecho que, en realidad, lo que buscaban era una suerte de salvoconducto para no tener que rendir cuentas por sus propias decisiones. Y les prometo que esto lo resolvió Platón en el libro primero de La República.
Las opciones políticas son profundamente morales, en la medida en que se inspiran en nociones éticas tan robustas como la justicia, el deber, la igualdad o la libertad. Eso no quita para que debamos guardar un sincero respeto también por quienes, de buena fe, disienten de nosotros o proponen criterios éticos distintos a los nuestros.
En cualquier caso, si prescindimos de criterios morales, ¿por qué habrían de estar mal las correrías de Ábalos? Y si no es por argumentos éticos, ¿por qué deberíamos censurar los intentos de Leire Díez por desacreditar las investigaciones que acechan al Gobierno?
Yo probablemente no comparta muchas cosas con Rita Maestre, o a lo mejor muchas sí, pero parece que un político que hable a las claras es deseable y preferible a alguien que oculte sus convicciones. Eso sí, por pura coherencia —otro requisito moral—, tendremos que asumir que, con la vara de medir que escojamos, habremos de ser juzgados, y ahí sí no tengo tan claro que Maestre o tantos otros sobrevivan a sus propios principios.



