La decisión de los padres de Pablo Ojeda que le ayudó a dejar su problema para siempre: "Si no es por ellos no salgo, es una lección de vida"

El influencer se ha sincerado en La Linterna sobre lo que más lamenta de su pasado y los difíciles episodios junto a sus padres y con la policía

Pablo Ojeda, en una entrevista en COPE
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Paco Delgado

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La Linterna ha abordado esta noche una historia de redención y superación personal, la del nutricionista Pablo Ojeda, quien, tras años sumido en la ludopatía, logró reconstruir su vida gracias al apoyo incondicional de sus padres. En una entrevista emotiva y sincera con Ángel Expósito, Ojeda desgranó los momentos más oscuros de su adicción, aquellos en los que el juego lo arrastró a mentiras, pérdidas irreparables y un vacío emocional que aún hoy le duele recordar.

 El precio del juego: recuerdos perdidos y vidas rotas  

Pablo Ojeda, conocido ahora por sus colaboraciones en medios como La Sexta y por su faceta como escritor, acaba de publicar 'Cuando me alimenté del juego' (Alienta), un testimonio crudo sobre su batalla contra la ludopatía. Durante la entrevista, confesó que lo más doloroso no fue el dinero malgastado ni las posesiones perdidas, sino los recuerdos que nunca vivió. "Pasaba la vida por delante mía y yo estaba en lo que estaba, no estaba en la vida", admitió con voz quebrada. Su hija mayor creció mientras él estaba ausente, atrapado en la espiral del juego. "Hay muchos recuerdos suyos que no me acuerdo, literalmente. Es como si no lo hubiera vivido", lamenta.

Expósito recordó cómo Ojeda llegó a vender todo lo que tenía —el reloj que su madre le regaló al casarse, el coche de su padre, joyas familiares— para financiar su adicción. Incluso compró un billete a Madrid con la intención de vender uno de sus riñones por mil euros. "Por suerte no realizó el viaje", matizó el presentador. Pero el relato más desgarrador fue el de su abuela, fallecida durante la pandemia sin verlo rehabilitado. "Ahora se la llevó el COVID y no me llegó a ver en pleno apogeo. Eso me da una pena tremenda", confesó Ojeda.

 La noche que lo cambió todo para Pablo Ojeda  

El punto de inflexión llegó cuando la policía llamó a la puerta de sus padres. Ojeda había falsificado una nómina para pedir un préstamo, había inventado un robo a mano armada para justificar deudas, y finalmente, fue denunciado por impago del coche. Tras pasar una noche en el calabozo, se enfrentó a la cruda realidad: había tocado fondo. Pero en lugar de reproches, sus padres le tendieron la mano. "Automáticamente miraron hacia delante. No me echaron nada en cara", relata.

Pablo Ojeda y Alberto Herrera

COPE

Pablo Ojeda y Alberto Herrera

Fue ese gesto de amor incondicional lo que marcó el inicio de su recuperación. "Si no llega a ser por ellos, no hubiera salido", reconoció. "No por el apoyo económico, sino por el emocional. Es una de las lecciones más grandes de vida que me han dado". Tres años y medio de rehabilitación después, Ojeda estudió nutrición, rehízo su carrera y hoy es padre de dos hijas, además de un referente en redes sociales con más de 200.000 seguidores.

 Un mensaje de esperanza  

Aunque Ojeda insiste en que "nunca deja de ser un adicto", su historia es un testimonio de que la redención es posible. En La Linterna, Expósito cerró la entrevista con una dedicatoria emocionada: "Pablo, tío, fijo, seguro que tu abuela te está viendo desde ahí arriba". Un final que resume el viaje de un hombre que perdió casi todo, pero que, gracias al amor de su familia, logró reconquistarse a sí mismo.

Su libro no es solo un relato sobre la ludopatía, sino un homenaje a quienes no abandonan a quienes más lo necesitan. Como él mismo dice: "Mis padres me enseñaron que, incluso en el abismo, hay alguien dispuesto a tenderte la mano".

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