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¿Hay algo que funcione medianamente bien, normal, en esta nuestra España? Supongo, estoy seguro, de que la pandemia habría arrasado con casi cualquier Gobierno, como ha ocurrido. Pero al margen del coronavirus y sus efectos, lo que está pasando con este Gobierno no es normal.

Porque lo que no arrasa el covid, lo arrasa Pablo Iglesias. Lo que no destroza la pandemia lo desguaza la estrategia de marketing continua, un socio o el otro socio.

A saber... y todo a la vez: nos suben los impuestos para supuestamente, hacer frente a la hecatombe; no funcionan los servicios de empleo o ayudas porque están absolutamente colapsados; los autónomos y las pymes, la hostelería o los taxistas no pueden gritar más por desesperación.

El drama humanitario de la inmigración en Canarias es la foto perfecta de la inoperancia, la falta de reacción, la miopía exterior y la demagogia más absoluta.

Y mientras, los vecinos de Canarias repartiendo bocatas y agua desde sus casas a esa pobre gente, expulsada y manipulada por su régimen y abandonada y humillada por la rica Europa.

Pero espera, que hay más. A la economía, a la inmigración y, por supuesto, a la pandemia, se une un desastre exterior hasta ridículo. El vicepresidente del Gobierno dando la nota en Bolivia con lo más chavista de América; el mismo pidiendo la autodeterminación del Sáhara y como guinda, aquí el líder supremo sentadito en la comisión del CNI.

Sigo. El Poder Judicial temblando por la intromisión escandalosa de la política y la Fiscalía en manos de Lola Delgado,y todo ello con la perspectiva puesta en el Tribunal Constitucional.

Por cierto, ¿y aquella bazofia de la Comisión de la Verdad? ¿Se puede meter más la pata en menos tiempo? ¿No hay nadie con la inteligencia suficiente en La Moncloa capaz de decir que esto del control de la información, desde el propio Gobierno, es un suicidio democrático?

La verdad es que no damos abasto. Una pifia tapa un escándalo, una chorrada supera a una bazofia y una chulería del Ábalos de turno tapa la última maniobra chavista del vicepresidente. No damos abasto...

Mira, el principal partido del Gobierno, el PSOE, arrastrado, sometido y lapidado por Su Persona. El segundo partido del Gobierno, Podemos, aplastado por el amado líder y ayatolá Pablo Iglesias.

Y los socios... ¡Ay los socios! Dando palmas con las orejas, avanzando en el procés, homenajeando a asesinos repugnantes y destrozando a generaciones futuras, fieles a su estrategia, mediante la Ley de Educación.

Porque lo peor de todo lo anterior es la Ley de Educación que ha vomitado el Congreso de los Diputados.

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Y todo, todo, todo, todo... sin vergüenza alguna, con una legión de asesores y malgasto para el Gobierno más amplio de toda la Unión Europea, en una estrategia perfectamente planificada, apuntando contra la Jefatura del Estado y las altas instituciones y, a la vez, contra los más vulnerables en las escuelas o en las colas del paro.

¡Ah! y mi POSDATA...

El virus ataca de manera bestial a los más mayores. Ya lo sabemos. Pero me quiero referir al menosprecio indisimulado a la gente de más edad cuando opinan, por ejemplo, de los pactos del Gobierno con Batasuna.

Algo así como si se les considerara viejos chochos. O eres un facha o ya eres un viejo chocho. Apartarte que nosotros dirigimos el país, como dijo Adriana Lastra. Te lo juro... Adriana Lastra.

Esos mayores, muchos de los cuales ya no están, hicieron la Transición. Y solo por eso merecen muuucho más.

Les estamos fallando en la lucha contra el coronavirus y por nuestra falta de consideración, que es peor.