Resumen de situación a quince días de las elecciones y del abrazo de la mentira. A unas horas de la última bravuconada de Rufián, al día siguiente del enésimo escupitajo contra la constitución desde el Parlamento catalán y una semana después de la sentencia de los ERE, que no se nos olvide.

Así está el patio. Vamos a analizarlo desde varias perspectivas.

1.- El Gobierno de España, el presidente y el propio Consejo de Ministros dependen de la militancia paupérrima del PSOE, Podemos y Esquerra Republicana. Mejor dicho, dependemos de lo que decida un porcentaje más paupérrimo aún de esa militancia.

A saber, consulta o pachanga en Esquerra Republicana: “¿Estás de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación?”

Han participado 6.000 personas de las 8.500 que tenían derecho a voto. 94 % han votado que sí. 5,4% han votado que no.

Es imposible que nos aclaremos que han votado. Pero la verdad es que los republicanos catalanes nos tienen cogidos por salva sea la parte.

Segunda pachanga, la del PSOE: “¿Apoyas el acuerdo alcanzado entre el PSOE y Unidas Podemos para formar un gobierno progresista de coalición?”

Sinceramente, nadie sabe qué hay detrás del acuerdo. Nadie se cree el abrazo, pero da igual.

En el PSOE han participado poco más de 100.000 personas de las casi 180.000 con derecho a voto. 92% han votado que sí. 8% han votado que no.

Y queda la pachanga de Unidas Podemos que ha cerrado la consulta esta mañana: “¿Estás de acuerdo con que participemos en un gobierno de coalición en los términos del preacuerdo firmado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias?”.

Ya tenemos los resultados, casi un 97 por ciento han votado sí. Poco más del 3 por ciento ha dicho no. La participación ha sido del 59 por ciento del censo de inscritos e inscritas.

Pregunta clave: ¿podemos depender de unos cuantos militantes, nada más y nada menos, que para el Gobierno de España?

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2.- Si tu fueras ministro o ministra de este gobierno en funciones, ¿estarías cómoda, sabiendo que tu sillón en el Consejo de Ministros depende del cambalache entre Pedro y Pablo? ¿Qué piensa la ministra de Trabajo, la ministra de Sanidad, la ministra de Defensa o la de Justicia? ¿Qué piensan cuando suenan nombres como Manuela Carmena, Errejón, la tal Yolanda Díaz o Irene Montero para sentarse en el Consejo de Ministros?

¿Sabes cómo se va a solucionar el puzzle de las carteras ministeriales? Muy fácil: aumentando las carteras. Separando Trabajo, Seguridad Social, Sanidad, Asuntos Sociales, Igualdad, Educación, portavoz, Cultura y Deportes.

O sea, duplicando ministerios, ministras y gasto. ¿Qué te apuestas?

Y por último, el nivelón. Nos fijamos en lo que ha dicho Rufián, en Adriana Lastra, Irene Montero y lo que dice Torra como si fueran Adenauer, Benazhir Butto, Margaret Thatcher u Obama. Y resulta que son quienes son.

Nivelón. Nivelón...

El futuro de España, las negociaciones con la Unión Europea, la decisión sobre la investidura de Pedro Sánchez, todo tu futuro y nuestros impuestos, en manos de Rufián, de Otegi o de Irene Montero. Te lo juro.

Pero es que en el otro lado, en el otro rincón del cuadrilátero, el nivel es el de la mencionada Adriana Lastra, un tal Salvador Illa del Partido de los Socialistas Catalanes como dice Carmen Calvo.

Así pues, entre los afiliados que votan en las consultas del chichinabo; los protagonistas de las negociaciones y la que deben estar montando para encajar el nuevo Consejo de Ministros... Apaga y vámonos.

Porque esa es otra, ¿alguien se cree algo de todo lo que estos protagonistas del sainete nos dicen públicamente? ¿Dónde está Pedro Sánchez que desde hace 15 días no se le ha visto? ¿No ha cogido el Falcon para nada? ¿Ni el helicóptero? ¿Qué están negociando a nuestras espaldas Sánchez e Iglesias en Moncloa casi a diario?

El quid de la cuestión, ¿tú te crees algo de todo este teatro?

¿Tú te crees a alguno de los actores?