"Las imágenes DEl puerto de La Restinga muestran la crueldad y la desesperación que viven millones de personas"

Las imágenes que hemos visto hoy en el puerto de La Restinga, en El Hierro, muestran la crueldad y la desesperación que viven millones de personas que se echan al mar solo para salvar la vida.

En la tragedia que han grabado las cámaras de televisión y los teléfonos móviles en directo, han muerto cuatro mujeres, dos niñas de cinco años y una chica de dieciséis. Según los servicios de emergencia, 152 personas viajaban en ese cayuco, entre ellas 29 niños y 45 mujeres. Procedían de Mali, Guinea, Senegal y Mauritania.

Llevaban días de travesía, y la desesperación, las ganas de tocar tierra, han hecho que muchos se pusieran histéricos, de pie, todos en el mismo lado de la embarcación, que ha terminado volcando. A cinco metros del rescate. A partir de ahí, el caos.

El personal de Salvamento Marítimo ha lanzado flotadores mientras intentaban rescatar a quienes podían nadar o se agarraban a la patera. Muchos han quedado atrapados y ahogados debajo. Estamos pendientes de dos niños que están muy graves y que han sido trasladados a Tenerife.

En fin, la vida sigue. Y la casquería también.

El mundo de los argumentarios es maravilloso. Basta con que a un fontanero jefe de Moncloa —y anda que no hay— se le ocurra una idea, un ripio, una frase hecha, para que salgan en sincronía los socios y el Consejo de Ministros en pleno, como una claque en los antiguos teatros.

La última: que la tal Leire Díez es una reedición del pequeño Nicolás. Claro, igualmente, según esto, Begoña Gómez era —y es— una brillante profesora. Yo añado: una brillante vendemotos.

David Sánchez, el hermanito, una prometedora figura del panorama mundial de la música clásica, cuya obra más significativa es La danza de las chirimoyas. Te lo juro por mi padre. A este paso, entre la pequeña Nicolás, el Beethoven de Badajoz y Madame Curie, Koldo va a parecer Rockefeller o Bill Gates. Por eso le ficharon como consejero de Renfe.

Jessica va a resultar que se iba a casar con José. Al tiempo. Que entre la sincronizada ya cunde la teoría de que, sí, que eran pareja de verdad, que se querían mucho. No te lo pierdas.

Lo del catálogo en lencería fina, las contrataciones en empresas públicas, las tarifas diarias por viaje, el mote de “sobrina” del ministro o el de “Jessica a 20 minutos”... todos van a resultar inventos de la UCO. Como lo del fiscal general del Estado borrando mensajitos cual adolescente. Como el de Canarias wasapeándose con un capo mafioso.

Al final —al tiempo— el Tito Berni va a ser de verdad el tío carnal, el hermano de la madre de las churris con las que aparecían en calzoncillos.

Al final, lo de Miguel Ángel Gallardo en el Parlamento de Extremadura va a ser un acto de sacrificio y pundonor. Va a ser cuestión de tiempo que el señor Gallardo sea equiparado a Adenauer, a De Gasperi, a Monet... ¿qué digo? ¡A Churchill! Solo que sacrificado.

Y mientras, Pedro Sánchez en Bruselas. Imagino que rogando a Úrsula que la Unión Europea acepte la oficialidad del catalán. Algo así como: Úrsula Maydarlin, sisplau, mete esto como sea, que si no me voy al paro, y estoy de mierda hasta las cachas, sisplau, Úrsula, per teu pare.

Anda que aquí no hay problemas.

En estas, ya sabes, lo del perro flaco y las pulgas. Fernando Grande-Marlaska —qué papelón, ministro, qué papelón— no dice ni mu de la dimisión de su número dos. Seguramente el secretario de Estado más importante de todos: Rafael Pérez, que dimitió ayer por motivos personales.

Y es que las cosas suelen ser como parecen. Salvo el propio ministro, inasequible a humillarse ante el líder supremo —o amado líder—, el acoso y derribo a la UCO es tan suicida como vomitivo. Y lo del propio ministro es vergonzoso. Y lo de la directora general de la Guardia Civil —que digo yo que existe— es increíble. Y siento decirlo.

Por cierto, vuelvo un par de párrafos atrás. El frenazo a la ocurrencia del catalán en Europa va a tener una consecuencia inmediata. Sí: la OPA del BBVA al Sabadell. Y es que, sin entrar en cuestiones técnico-financieras —porque se me escapan, lo siento—, Sánchez va a satisfacer a Pucci. Ni el BCE ni Competencia. El tema es aguantar dos años más. Hasta entonces, todos tranquilos.

Y eso sí, entreteniditos con la pequeña Nicolasa, el compositor de La danza de las chirimoyas, con la catedrática honoris causa de pacotilla, con el exconsejero de Renfe, el Churchill aforado en Extremadura y, cómo no, ese ejemplo de integridad, ética, valores y principios que ni Mahatma Gandhi. Ya sabes: José, el tío de la sobrinita.

Ah, y mi postdata. Ya lo dijo Romanones: Joder, qué tropa.