Masacre en Bucha. La aparente “retirada” de las fuerzas de ocupación rusa de las inmediaciones de Kiev dejan imágenes estremecedoras. Cadáveres en las calles, y un imperio de muerte. Todo parece indicar que los rusos desataron un auténtico infierno en la tierra, indiscriminado y brutal. Con ello, la Rusia de Putin lleva a Bucha a la lista de otros lugares vinculados a una palabra horrible, la de “masacre”. Otro triste episodio de la carnicería que han desatado las tropas rusas en Ucrania, y que, pese a la crudeza de las imágenes, aun encuentran quienes las niegan.

Desgraciadamente la historia y el exterminio de inocentes, que en muchas ocasiones se rebaja hasta el grado de genocidio, han avanzado de la mano. Antes de la Edad Contemporánea tenemos ejemplos de todo tipo, de China, y la revuelta de An Lushan, a Europa y sucesos como el saqueo de Cartago o la Masacre de Tesalónica. Sin olvidar, ya que hablamos de Rusia, las brutalidades de Iván el Terrible, o muy cerca de Kiev, la masacre de los cosacos de Lebedin, a comienzos del siglo XVIII. En este caso, el ejecutor fue Pedro “El Grande”.

El siglo XX es un triste soberano en esta historia trágica, desde el genocidio Armenio, a Katyn, o Paracuellos, del Jarama, o Babi Yar y Odesa en Ucrania. Todo ello sin olvidar el horror de la masacre de Nankín en 1937, o los horrores de Camboya, el genocidio de Ruanda, o la Guerra de Yugoslavia. No podemos evitar hablar tampoco de América, y de horas terribles como las de Matanza del Mazote, en el Salvador. Demasiados nombres de memoria desgraciada a los que ahora se une Bucha. Y lo peor es que muchos coinciden en que, en esta guerra, lo peor puede estar aún por llegar.