Llevamos días, y no te digo desde el pasado viernes, a vueltas con las medidas, con Madrid, con el pulso entre gobiernos y lo que te rondaré.

Desde la estación de Atocha, a punto de coger un AVE a Valencia, mi primera impresión es de pena y de ruina. Mientras discutimos si tiene razón Ayuso o Illa, han dado otro pasito para cepillarse la educación concertada y la educación especial; van a permitir que te den el título de bachillerato aunque hayas suspendido hasta recreo; quieren modificar la ley para controlar sólo ellos el CGPJ vía una nueva ley.

Abren el proceso para indultar a los golpistas siguen poniendo a caldo la Jefatura del Estado, tapan la imputación del secretario de organización de Podemos por liarse a palos con la Policía y tapan las acusaciones de una senadora de Podemos por la financiación del partido.

Quieren quitar los beneficios fiscales de las pensiones privadas y meternos un 21 por ciento de IVA en colegios privados y sanidad privada y todo ello, con acercamientos de etarras y más homenajes a etarras sin decir ni mú.

Y por supuesto: la Kitchen e Isabel Díaz Ayuso, como la culpable de todo. Sin restar un muerto de gravedad a la pandemia del Covid, desde Atocha, qué pena, qué ruina y qué politiqueo más descarado.

Los viajeros que salen de Madrid por tren caen a niveles del estado de alarma

El número de viajeros que partieron de Madrid a otras ciudades en trenes de media y larga distancia registró este sábado, primer día de restricciones en la Comunidad madrileña, su nivel más bajo desde que terminó el estado de alarma, han asegurado a Efe fuentes de Adif.

Según el gestor ferroviario, el 3 de octubre se contabilizaron en los controles de acceso a las salas de embarque 2.837 viajeros en la estación Puerta de Atocha y 732 en Chamartín, las cifras más bajas desde que terminara el estado de alarma, el pasado 21 de junio.