Isaac es un joven de 18 años cuyo sueño era dedicarse profesionalmente a la música. Algunas de sus canciones han llegado a superar las 60.000 reproducciones en Spotify. Su música no es del estilo de Nines, su madre. Aún así ella reconoce que Isaac tenía muchas probabilidades de triunfar.

Empezó a ser conocido entre los chavales de su edad. Un día del mes de julio, Isaac salió de su casa después de cenar. A su paso por las canchas de baloncesto de la calle Ramírez de Prado se cruzó con varios miembros de la banda Dominican Don´t Play, también conocidos como los DDP. Le empezaron a seguir. En ese momento Isaac aceleró el paso hasta llegar al túnel de la calle Comercio que une el distrito de Arganzuela con el barrio de Pacífico. Allí los pandilleros le dieron caza y le asestaron cuatro puñaladas por la espalda poco antes de huir con varios patinetes.

Cuesta escuchar cómo Nines cuenta lo que vivió justo en el momento en el que se enteró que habían asesinado a su hijo de tan solo 18 años. Ahora solo pide que se haga justicia, que no se olvide lo sucedido con Isaac y que su barrio pueda respirar tranquilo.

Lo cierto es que la zona en la que vivía Isaac es un lugar bastante tranquilo y cuidado. Está lleno de zonas verdes donde poder pasear y tomar algo en algunas de las muchas terrazas que han colocado los bares de la zona. Cuando llego allí me llama la atención uno de los parques infantiles. Son las doce de la mañana y cuatro chavales latinos se encuentran en uno de los bancos. Son dos chicos y dos chicas que pueden tener como mucho 16 o 17 años. Ellas cruzan la calle y entran en uno de los supermercados express que tienen las grandes cadenas. A los cinco minutos salen con tres litronas de cerveza que comienzan a beber una vez vuelven al parque. Es uno de los puntos de reunión de las bandas latinas que se concentran aquí y también en las canchas de baloncesto que hay a pocos metros. Los vecinos están hartos y en muchas ocasiones salen con miedo de enfrentarse a este tipo de grupos.

La música y las batallas de gallos hicieron que Isaac empezara a ser muy popular entre las bandas latinas que intentaban captarlo para poder disfrutar de su música en directo. Pero él siempre rechazaba cualquier oferta o posibilidad de entrar en algunos de estos grupos porque sabía perfectamente la realidad que había detrás de ellos.

Un problema real que está aquí en nuestro país y que seguro que en alguna ocasión has podido verlo cerca de tu calle o de tu barrio. Para que te hagas una idea tan solo en Madrid hay controlados e identificados alrededor de 300 integrantes de este tipo de bandas que son calificados como “Peligrosos”. Y de ellos la gran mayoría son menores de edad. Chavales que en muchas ocasiones son engañados, se convierten en víctimas de estos grupos y desean salir con todas sus fuerzas. Por este motivo Nines, después de todo lo que ha vivido, está trabajando en un nuevo proyecto para ayudar a estos jóvenes y también a las familias que han pasado por su misma situación.

Nines confía en que la asociación siga adelante y así conseguir ayudar a que los chavales puedan reinsertarse en la sociedad. Porque a pesar de las complicaciones, de ese mundo se puede salir. Y un ejemplo es el de Rafa que hace unos años fue jefe en una de las bandas latinas más temidas de nuestro país: Los Latin King.