• Viernes, 26 de abril 2024
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Expósito analiza los Leopard y la importancia de este carro de combate en la guerra de Ucrania

Hace un año La Linterna se encendía desde Kiev para hablar con los ucranianos cuando ya había más de 100.000 soldados en la frontera de Ucrania. Un mes después comenzó la guerra.

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Tiempo de lectura: 4'Actualizado 13:22

334. Esos son los días que llevamos de guerra en Ucrania. Y las cifras todavía siguen asustando. Según la ONU son más de 7 mil los civiles que habrían fallecido desde el inicio del conflicto. A todos ellos habría que sumar los cerca de 300 mil soldados que habrían muerto, la mayoría de ellos forman parte del ejército ruso. Y mientras las batallas siguen siendo constantes en el este del país desde Kiev piden a doce países, entre ellos España, la entrega de carros de combate Leopard, unos blindados considerados como la columna vertebral de las divisiones acorazadas de Europa.

Alemania tiene la patente y durante estos días está resistiendo a enviar estos tanques a pesar de la presión por parte de los aliados y de Ucrania. Países como Polonia ya han solicitado permiso a Scholz para enviar los suyos mientras que el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell asegura que es fundamental ayudar con este tipo de armamento al ejército ucraniano.

Si echamos la vista hacia atrás, hace exactamente un año La Linterna la encendíamos a más de tres mil kilómetros de distancia... en Kiev, la capital de Ucrania. En esos días la ciudad estaba bastante tranquila. El color blanco dominaba cada uno de sus rincones y las aceras estaban completamente heladas.

La nieve había caído unos día antes y el intenso frío había provocado que muchas zonas fueran muy difíciles de transitar debido al hielo. La verdad es que desde que llegamos no conseguimos ver el termómetro con temperaturas positivas. Por el día teníamos unos -5 grados mientras que cuando anochecía nos llegábamos a acercar a los 10 bajo cero. Era complicado adaptarse a un clima tan adverso pero para los ucranianos era algo normal. Para soportarlo caminaban rápido y llevaban esos abrigos y gorros de pelo que tanto recuerdan a la época soviética.

La canción que sonaba en plena plaza de la Independencia, conocida como Maidan se entendía algo como “Empresario ¡PAGA YA!” como una critica directa a la subida de impuestos realizada por el gobierno ucraniano. Ese era la principal preocupación que había en ese momento en Kiev.

A muy pocos kilómetros de este lugar, a unas diez paradas de metro tuvimos la suerte de entrar en un lugar muy especial. Se trata de la casa de los Niños donde coincidimos con las misioneras dominicas María, María Jesús y Antonia. En esos días descubrimos cómo hacen pequeños milagros. Por un lado tienen una guardería para niños de entre 3 y 6 años y por otro acogen a un montón de chavales para que no estén en la calle. Allí les educan y les enseñan valores a través de actividades como el teatro. Como te digo nada hace indicar que casi a 250 kilómetros de ese lugar se estaba preparando algo difícil de olvidar.

Cerca de 100 mil soldados rusos amenazaban en la frontera... en ese momento la tensión era más real que nunca para unos ucranianos que desde hace muchos años han vivido con la tensión y amenazas por parte de Rusia. La guerra estaba muy cerca, más de lo que todo el mundo esperaba en ese momento. Los pilotos de las aerolíneas que aterrizaban en Kiev tenían la orden de no dormir en la ciudad ante la posibilidad de un ataque ruso. Un mes después el conflicto se iniciaba y las principales ciudades eran bombardeadas en una guerra que ya cumple 334 días.

Ha pasado un año desde que pudimos hablar con los ucranianos allí en Kiev, días antes de que se desatara la guerra. Todavía recuerdo mi paseo con Alona, una joven guía turística que nos enseñó los principales lugares de Kiev, algunos de ellos destrozados por los bombardeos rusos. Un año después nos reconoce que en esos días nunca pensó que se desataría una guerra en su país. Alona decidió quedarse en Kiev asumiendo que su vida iba a cambiar a partir de ese 24 de febrero. Ha soportado el constante ruido de las alarmas antiaéreas, los bombardeos contra civiles y la imagen de edificios destrozados a los que ella solía ir directamente. El amor a su país y a su gente ha hecho que Alona siga resistiendo en Kiev. Ha conseguido salir adelante a través de las redes sociales y ahora trabaja por instagram enseñando la verdadera lucha e historia del pueblo ucraniano.

Hay un momento que Alona no puede olvidar. Se produjo en el mes de marzo cuando acudió al funeral del marido de su amiga, de 31 años. Fue un golpe muy duro para ella. Ahora en su apartamento exprime como puede las pocas horas de electricidad que tiene durante el día. Los últimos datos indican que cerca de 5 millones de personas se vieron obligadas a abandonar el país a causa de la guerra. Entre ellas hay muchos españoles. Uno de ellos es Abraham con quien pudimos hablar en Kiev. Volvió a España a los pocos días del inicio del conflicto.

Antes de la guerra Abraham formaba parte del equipo técnico de la selección ucraniana de fútbol. Un equipo que disputó como pudo fuera de su país el resto de partidos clasificatorios para el mundial de Catar. Finalmente no pudo lograr el pase. Ahora busca nuevos proyectos en España.

Durante estos días desde Ucrania han pedido desesperadamente el envío de nuevo armamento para poder seguir frenando las embestidas de las tropas rusas. Pero Zelensky está centrado sobre todo en los conocido como “Leopard”, unos carros de combate preparados para intervenciones rápidas. En la actualidad, España tiene un total de 347 unidades de dos tipos: la más castiza y la 2A4. Aunque de todas ellas, alrededor de un centenar no se hallan en condiciones de combatir. En este tanque operan cuatro tripulantes: el comandante, el artillero, el cargador y el piloto. Además del cañón principal y las ametralladoras, los Leopard tienen 16 descargadores de granadas de humo. Su ataque y su movilidad podrían ser determinantes en Ucrania ya que son mejores que cualquier otro blindado del ejército ruso. Para que te hagas una idea, su potencial es tan grande que un centenar de ellos en la zona de conflicto podría cambiar incluso el curso actual de la guerra en Ucrania. Hemos hablado de la guerra en Ucrania y de los Leopard que podrían cambiar el curso de la guerra. Hace un año estuvimos allí en Kiev justo cuando estaba a punto de iniciarse un conflicto cuyo final todavía tiene pinta de que está bastante lejos.



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