La medida que aplican en Francia y que España se resiste a tomar a pesar de que daría electricidad al 12% de las casas

Expósito analiza en La Linterna las oportunidades que podría dar en nuestro país la “valorización energética”, un sistema consolidado en Europa

Enchufe energético en una casa
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Paco Delgado

Madrid - Publicado el

3 min lectura

España apenas convierte en energía el 10% de los residuos urbanos que genera, una cifra muy inferior a la de otros países europeos, donde la valorización energética es una pieza clave en la gestión de desechos y la transición ecológica. Así lo ha destacado Joaquín Pérez, presidente de la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos (AEVERSU), en una entrevista en La Linterna de COPE, donde ha reclamado mayor apoyo institucional y social a esta tecnología, aún percibida con recelo en España pese a su implantación generalizada en el norte de Europa.

 ¿Qué es la 'valorización energética'?  

La valorización energética es el proceso mediante el cual los residuos no reciclables se transforman en energía útil, principalmente electricidad y calor. "Es un sistema similar al de las centrales de biomasa o carbón, pero con un combustible derivado de desechos urbanos que ya no pueden aprovecharse materialmente", explicó Pérez. El proceso comienza con la combustión controlada de estos residuos, generando vapor a alta presión que mueve turbinas y produce electricidad. Además, en países como Alemania, Dinamarca o Francia, el calor residual se utiliza para calefacción urbana, abasteciendo a millones de hogares.

Planta de valorización energética

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Planta de valorización energética

Pese a sus ventajas, España cuenta con solo 11 plantas de valorización energética, frente a las más de 500 repartidas por Europa. "Mientras en ciudades como París, Copenhague o Viena estas instalaciones están integradas en zonas urbanas, aquí se ven como algo ajeno y terminan alejadas de los núcleos poblacionales", lamentó Pérez.

 El rechazo social: el fenómeno NIMBY  

Uno de los mayores obstáculos para expandir esta tecnología es la oposición vecinal, conocida como "Not In My Backyard" (NIMBY). "Sucede con todo: carreteras, hospitales, líneas eléctricas... Pero estas plantas son estratégicas", afirmó Pérez, quien recordó su papel crucial durante la pandemia: "Tratamos los residuos sanitarios de hospitales sin que la sociedad fuera consciente. Solo se nos valora cuando hay una emergencia".

Ángel Expósito, director de La Linterna, puso como ejemplo la resistencia a proyectos como la planta de Valdemingómez (Madrid), donde vecinos alegan riesgos ambientales. Pérez rebatió estos temores: "Las emisiones están estrictamente controladas por la UE. El verdadero problema es que el 50% de nuestra basura acaba en vertederos, desperdiciando energía capaz de abastecer al 12% de los hogares españoles".

Edificio de renovación energética urbana de París

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Edificio de renovación energética urbana de París

 España, a la cola en Europa  

Mientras países como Suecia o Alemania valorizan más del 30% de sus residuos, España depende mayoritariamente de los vertederos, un modelo que Pérez tachó de "insostenible": "Enterrar basura no solo contamina, sino que despilfarra recursos. La valorización reduce emisiones de CO₂, ya que la mitad de los residuos son biogénicos [de origen orgánico], y nos acerca a la independencia energética".

El presidente de AEVERSU subrayó que, aunque el sur de Europa no necesita calefacción urbana como el norte, la electricidad generada es igualmente valiosa: "Hablamos de una energía 50% renovable, que evita el uso de combustibles fósiles". Sin embargo, reconoció que falta divulgación: "Necesitamos explicar a la ciudadanía que esto no es incineración pura, sino un eslabón esencial en la economía circular".

¿Por qué no lo aplica?

La entrevista coincidió con el debate sobre la futura Ley de Residuos, que podría impulsar estas instalaciones. Pilar García de la Granja, colaboradora del programa, preguntó por la disparidad territorial: "¿Por qué comunidades como Cataluña o País Vasco tienen plantas y otras no?". Pérez lo atribuyó a "factores geográficos y demográficos": "En zonas costeras o grandes ciudades, donde el terreno escasea, la valorización es más urgente".

Para Pérez, el reto no es solo técnico, sino cultural: "En Europa llevan décadas conviviendo con estas plantas. Aquí, hasta que no hubo colapso en los vertederos, no se planteó alternativas". Y concluyó con un llamamiento: "Si queremos ser coherentes con la transición ecológica, debemos dejar de enterrar energía".

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