Nicolás Castellanos: "La pobreza es un problema universal del que todos tenemos que sentirnos responsables"
El creador de la Fundación 'Hombres Nuevos' lleva 30 años como misionero en una de las zonas más pobres de Bolivia, a la que llegó tras renunciar, en 1991, al Obispado de Palencia

Nicolás Castellanos: "La pobreza es un problema universal del que todos tenemos que sentirnos responsables"
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Hay que intentar seguir las huellas de Jesús y hacer lo que nos pide el Espítitu en cada momento. Y, a Nicolás Castellanos, le pidió dejar de ser obispo de Palencia para irse de misionero a Bolivia en 1991. Allí, se encontró un nivel de miseria que nunca había visto. Esto le impulsó a crear el proyecto 'Hombre Nuevo' para evangelizar a los pobres desde los pobres y que en 1999 se convertiría en una Fundación, a través de la cual construirían escuelas, viviendas e iglesias, ayudarían contra de desnutrición infantil, hacer acompañamiento y apostolado...
Toda esta labor ha llevado a Nicolás Castellanos a recibir, de la Junta de Castilla y León, la Medalla al Mérito Profesional. Un gran reconocimiento que, aun así, es algo secundario comparado con la importancia del trabajo que realiza: "Estoy agradecido, pero más importante que las distinciones es poner sobre la mesa el problema planetario de la pobreza, que es la ignominia de la humanidad. Dar a conocer cómo es esa realidad empobrecida del Sur, que no puede ser ignorada por muchos problemas, crisis económicas o pandemias que padezcamos en el Norte. La pobreza es un problema universal del que todos tenemos que sentirnos responsables y en el que tenemos que poner nuestros medios para reducir sus fronteras", le ha dicho a Irene Pozo en 'La Linterna de la Iglesia'.
Nacido en Mansilla del Páramo, provincia de León, en 1935, Nicolás Castellanos ingresó en la Orden de San Agustín y fue ordenado sacerdote en 1959 y nombrado obispo de Palencia en 1978. Allí permaneció 13 años en los que se ganó el cariño de toda la provincia, hasta que sintió otro llamado y se marchó a la misión en Bolivia. Algo que hizo con convinción y seguridad: "Me siento en las manos de Dios, contento y feliz, intentando responder a las sugerencias del Espíritu, que siempre podemos escuchar si nos ponemos en actitud". Aunque, eso sí, un cambio de vida así siempre resulta duro: "Me costó desprenderme de Palencia. Yo estaba enamorado de esta diócesis y fue doloroso y duro, pero por encima de todo están las llamadas del Señor. Siempre había predicando la oración por los pobres y llega el momento de ponerlo en práctica".
En Palencia dejaría un hueco, pero llenaría otro con más necesidad en Bolivia, sobre todo en un barrio al que lleva ayudando desde que llegó, donde el 60 % de la población era pobre y el 40 % restante vivía en la más absoluta miseria, en condiciones inhumanas. Había mucho por hacer: "Nosotros desde el primer momento nos propusimos escuchar al pueblo, ver las necesidades reales y sentidas de la gente y responder a ellas". Y con mucho esfuerzo, y aunque todavía queda por hacer, Nicolás Castellanos y su Fundación han conseguido transformar este barrio: "Lo mejor que hemos hecho allí es levantar esperanzas. Hemos sentido la presencia del Señor, como nos dice la gente de allí, «Diosito a bajado a vernos con el proyecto ‘Hombres Nuevos»".
Ahora, a sus 87 años, sus actividades han disminuido un poco, entregando el proyecto totalmente en manos de los bolivianos, aunque los misioneros nunca se jubilan y les sigue acompañando: "Gozando de salud como yo y teniendo el ánimo dispuesto y escuchando al Espíritu, pues sigo trabajando. Mientras sea útil y pueda ayudar, encantado de la vida. Soy feliz porque hago felices a los demás". Un testimonio y una labor que reflejan un elemento es esencial de la evangelización que, como dijo Pablo VI y nos recuerda Nicolás Castellanos, "es la promoción integral de todos los hombres y mujeres. Hacer una escuela, dar de comer, construir una vivienda… todo eso es evangelizar. Nuestro motor y motivo siempre es Jesús de Nazaret e intentamos aplicar su proyecto de humanización. Por ahí la gente va descubriendo la huella de Dios".



