En Roquetas de Mar, en la costa del poniente almeriense los Misioneros de África (más conocidos en España como “los Padres Blancos”) forman grupos de catequesis desde hace años para los migrantes africanos que se quieren bautizar. En la localidad, el 27% de la población es de origen inmigrante. En el barrio de las 200 viviendas, esta realidad es mucho más “visible”; allí viven 6.000 personas de 107 nacionalidades diferentes.

"Los migrantes aquí están en un grupo de catequesis y al cabo de unos meses desaparecen porque han tenido que ir a buscar trabajo a otro sitio", dice el padre Cesáreo Hoyuela, uno de los tres Misioneros de África presentes en Roquetas de Mar. "Anteriormente había grupos de 7, 8... hasta 20... pero no llegaban necesariamente hasta el bautismo, por lo que digo. A lo mejor al cabo de unos años vuelven otra vez".

El padre Cesareo, junto al padre Alick y al hermano Venancio, prepara ahora mismo para el bautizarse a un marroquí de 57 que busca asilo político y a dos jóvenes de origen subsahariano. Lo cierto es que el grupo era más numeroso antes de la pandemia y se espera que vuelva a crecer: hay otros dos adultos deseando unirse al grupo de catequesis para ser bautizados.

Emmanuel es el último de los tres catecúmenos que ha llegado a Roquetas. Es de Mali y aún habla con dificultad el español. Lo poco que sabe se lo han enseñado los Misioneros de África... igual que a Domingo, de Guinea Bissau. A raiz de las películas que vio sobre Cristo, Domingo se inició en el catolicismo en su país. Ahora quiere bautizarse y, para ello, tiene la ayuda de su catequista, el hermano Venancio, al que ya ha cogido mucho cariño. Llegó a España hace solo tres meses, donde ya vivían sus padres y su hermana. Ahora, con la ayuda de los Misioneros de África, espera formarse para tener un futuro en nuestro país.