Una vez aprobado, en el Consejo de Ministros, el pasado martes el Real Decreto que establece las enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria(ESO), conocemos algunos aspectos que los alumnos aprenderán durante sus años de estudios y la opinión de profesores.

En ‘Herrera en COPE’ hablamos con Alfredo Alvar, historiador y profesor de Investigación del CSIC, que tacha el Real Decreto “caótico, muy mal proyecto y una locura”. Para este profesor se trata de un “Real Decreto que está sobredimensionado ideológicamente, no es de extrañar que no aparezca ninguna alusión que vaya en contra de esta ideología de la diversidad” señalando que esa diversidad “está muy marcada por los intereses ideológicos del nacionalismo que habrá estado negociando todo esto”.

Para Alvar “una ley de Educación como Dios manda tiene que plantearse el desarrollo futuro de un país”.

Muestra este profesor su indignación ante la falta de reacción de la sociedad, ante el silencio de sus colegas ante esta atrocidad ante la que “hay muy poca movilización” y se pregunta “¿dónde está la respuesta de los agentes sociales a todo esto?"

Lo que está claro es que con este Real Decreto en la mano, apenas se presta atención a la Historia de España “de las 534 páginas, sólo 13 están dedicadas a esta parte de nuestra historia”, comenta el profesor.

Explica, en este contexto, que dividen la Historia de España en varias competencias específicas: “la primera, valorar los movimientos y acciones que han promovido las libertades en la historia de España y luego un bl, bla, bla….; la segunda, reconocer y valorar la diversidad identitaria de nuestro país por medio del contraste de la información, bla, bla, bla. Tres, analizar y valorar la idea de progreso desde la perspectiva del bienestar social y de la sostenibilidad. Cuatro, tomar conciencia de la diversidad social a través del análisis multidisciplinar de los cambios y continuidades de la sociedad española. Quinto, analizar críticamente no sé qué. Sexto, interpretar el valor geoestratégico de España. Séptimo, incorporar la perspectiva de género en el análisis de la España actual y de su historia. Octavo, valorar el patrimonio histórico y cultural como legado y no sé qué…”.

La conclusión final es que “fundamentalmente todo es historia contemporánea y sobre todo desde las revoluciones del XIX y, más aún desde el 31 para acá”.