La enfermedad del siglo XXI puede ser la soledad. Así lo asegura la economista británica Noreena Hertz, autora del ensayo "The lonely century”, que en España se publica este 2021 con el título "El siglo de la soledad". Recomendado por profesores de las universidades de Oxford, Cambridge o Nueva York, aborda las causas de este mal y qué pueden hacer los Gobiernos y los ciudadanos para combatirlo.

Según ha dicho la autora en su primera entrevista en España este viernes en ‘Herrera en COPE’, empezó estudiando la soledad hace cuatro años. Y es que, “en Reino Unido uno de cada cinco adultos dice que está prácticamente solo. La mayor parte del tiempo en los EE.UU. la gente se siente tan sola que paga por alquilar un amigo o por ser abrazado. Esto afecta a la salud mental y a la física. A nuestros gobiernos y a las empresas les cuesta mucho dinero porque los trabajadores se sienten solos y son menos productivos y están menos motivados”, ha explicado.

“Son los jóvenes, los que tienen menos de 29 años, los que están más solos. El tiempo que pasan con el teléfono les afecta a la habilidad de comunicarse en persona”, ha explicado Noreena Hertz. Además, las mujeres están más solas que los hombres. “La soledad afecta a todo el mundo independientemente de que sea rico o pobre, pero si tienes menos ingresos o un trabajo inestable eres más propenso a sentirte solo”, ha argumentado.

INVERTIR RECURSOS PARA COMBATIR LA SOLEDAD

A su juicio, la sociedad se siente sola no exclusivamente por estar desconectada de los amigos, también de los políticos, de los compañeros de trabajo o por sentirse poco apoyada por su país. “Es algo estructural”, ha manifestado. Y es que, “una de las tragedias desde el año 2008 es que los gobiernos de todo el globo fulminaron la inversión en bibliotecas o clubs” sociales. Por ejemplo, en Reino Unido unas cien bibliotecas han cerrado desde 2008. Pero “la gente necesita sitios físicos para poder reunirse”. Por eso, para Noreena Hertz “debería ser una prioridad, en cuanto salgamos de la pandemia”, que las autoridades públicas inviertan recursos en desarrollar políticas destinadas a combatir la soledad.

“Los gobiernos pueden dedicar a invertir más en espacios comunitarios como bibliotecas o centros sociales. Se pueden comprometer en poner una considerable suma de dinero en salud mental porque la soledad es una pandemia que ha ido a peor durante el coronavirus. En Noruega o en Suecia se han comprometido a invertir dinero”, ha dicho.

A juicio de Noreena Hertz, con la pandemia en Reino Unido todos los jueves a las ocho los ciudadanos salían a sus balcones a aplaudir a los servidores públicos, lo que “era una manera de echar la mirada a la calle y sonreír a alguien a quien nunca habíamos sonreído". Por eso, ha animado a mitigar esta crisis de la soledad que tanto daño hace.