Este martes se celebra el día internacional del beso, una fecha que surgió gracias al beso más largo de la historia, que duró 58 horas y que fue protagonizado por una pareja tailandesa. En una situación de pandemia como la actual, donde han desaparecido los abrazos y las sonrisas, paracen más necesarios que nunca los besos. Y no solo por la necesidad de contacto con otras personas, también por sus beneficios para la salud.

Así lo ha explicado en 'Herrera en COPE' el psicólogo Ramón Soto, que ha dicho que los besos aceleran la frecuencia cardiaca, estimulan el metabolismo y provocan una "gran descarga" de serotonina que despierta las relaciones sociales.

Además, los vínculos amorosos reducen el estrés y la ansiedad, así como el riesgo de sufrir depresiones. Son “un mecanismo de estimulación hacia una relación amistosa o amorosa”, ha dicho el experto, que ha añadido que hasta que no se da el primer beso no se genera el “primer vínculo amoroso que va a sellar la relación con el otro”.

Soto ha apuntado que desde la irrupción del nuevo coronavirus “se ha disparado mucho la ansiedad” con “mucha demanda de trabajo terapéutico”. Por eso, más que nunca hoy son necesarios los besos ya que despiertan las hormonas de la felicidad.