Francesc Gascó era uno de esos niños a los que les fascinó la película de Jurassic Park. De hecho el cine ha influenciado a muchos para elegir su profesión, por ejemplo cuando se estrenó En Busca del Arca Perdida en 1982 hubo un aumento de matriculaciones en Arqueología en EEUU. Con Jurassic Park pasó lo mismo con la paleontología. Él se dedica desde entonces a la divulgación de la paleontología y sigue investigando. Acaba de publicar el libro “Eso no estaba en mi libro de Historia de los Dinosaurios”, tiene un Canal de Youtube: Pakozoico, donde habla de su pasión y conocimiento.

Francesc Gascó afirma en Herrera en COPE que “de la paleontología nos engancha los dinosaurios pero no es lo único”. Subsistir en este mundo sería algo complicado para ellos, “se podrían adaptar pero el mundo ha cambiado mucho, como el aire, la temperatura, o que las plantas no son las mismas, podría ser un mal trago para ellos”.

En España dice que nos estamos poniendo a la cabeza de la investigación. Podemos reconstruir cómo eran los dinosaurios, incluso “estamos llegando a un punto en que podemos saber el color de la piel, los restos de los pigmentos que había, es una pasada”.

A los paelontólogos les gusta soñar con la clonación “pero es verdad que es complicado, el ADN más antiguo secuenciado es de un mamut de hace 1.2 millones de años, en el Pleistoceno, “pero al final la utilidad sería cuestionada”.

El dinosaurio que le fascina a Gascó son los del grupo de los carnívoros “los comunmente llamados raptores, que me intrigan mucho, porque nos hacemos preguntas de su comportamiento”. Para investigar a los dinosaurios han habido muchos científicos que han dedicado su vida a ello, y barriendo hacia casa, Gascó quiere reivindicar la figura de un paleontólogo español.

El negacionismo está ahora de moda, y Francesc hace autocrítica “porque quizá no hablamos mucho de nuestros hallazgos, y desde fuera parece que estemos locos sin metodología, pero la hay, e igual tendríamos que explicar como hacer ciencia”. Eso dice que ha hecho daño, unido a Internet, donde los bulos tienen su caldo de cultivo.

Los últimos descubrimientos, por ejemplo el conocimiento de nuevas especies, nuevas formas de biomecánica, para conocer como se movían. “El año pasado pasó desapercibido que se había hallado trazas de ADN de dinosaurio, y eso nos recuerda que se conservan más cosas de las que nos creíamos”.