Es raro que en una ciudad no encontremos, por menor que sea, arte callejero. Lo cierto es que es una modalidad de arte que en algunas ocasiones se encarga a artistas, para poder así decorar la ciudad. Pero hay otros momentos en los que se queda muy lejos de la palabra “arte” y sirve más para manchar las paredes de la ciudad.

No hablamos de otra cosa que de las firmas, borrones o figuras que “artistas” grafitean en las paredes de, por ejemplo, negocios locales. La historia que recordamos hoy es la de Juanfran Peñaranda. Es el dueño de la tienda Goatxa, en pleno centro histórico del barrio valenciano de Benimaclet. Un buen día, al llegar a su negocio, se encontró una sorpresa de uno de esos "artistas" callejeros. Pero esta vez, le salió el tiro por la culata. Si quieres saber cómo se vengó, escucha el siguiente audio.

El arte traspasa paredes

Pero aunque ni todo el arte callejero es igual, ni siempre está en los mismos lugares. Cuando el artista urbano, Alejandro Pajuelo, quiso agradecer el legado de los mayores en las generaciones que han venido después, no dudó en hacer lo que mejor se le da, un mural.

Unos 4 metros de alto por 25 de ancho pintado en la fachada del centro de mayores. Un mural en el que representa a José Duarte y a Adela González. Adela tiene 88 años y la gran mayoría los ha pasado con el amor de su vida José, de 91 años, para todos conocido como Pepe. Llevan casi 7 décadas casados y para ella es "su Pepe". “Me siento muy orgulloso de la valía que hemos tenido todos”, afirmaba Pepe en 'Mediodía COPE'.

“Somos todos hijos de la guerra, pasamos todo el hambre, dificultades", ha relatado Pepe en este programa. Pese a ello, dijo, "no hemos dejado de tener unos valores que nuestros padres nos inculcaron y con esos valores trabajamos día y noche para sacar a nuestros hijos adelante”, agregó. Y eso es precisamente lo que el artista urbano, Alejandro Pajuelo, ha querido representar. No te pierdas la entrevista al completo en el siguiente audio.