Debido a la muerte de Koko, la gorila nacida en 1971 en el zoo de San Francisco que aprendió la lengua de signos de la mano de la psicóloga para animales Francine Patterson, este miércoles ha sido entrevistado en 'Herrera en COPE' Fernando Colmenares, catedrático de Psicobiología y Etología de la Universidad Complutense, que ha disipado dudas sobre sus capacidades intelectuales.

Según ha dicho, Koko fue un “icono”, y aunque hay “controversia” a la hora de interpretar cómo aprendía y si lo interiorizaba, el científico ha dicho que se sitúa en “la línea de los escépticos” porque la gorila era sometida a “clases particulares” y a un entrenamiento “continuo”. De este modo, aunque llegaba a formular oraciones, estas eran muy “simples” y las utilizaba para “pedir cosas” por repetición pero no para “compartir información”.

Como ha afirmado Colmenares, Koko fue un animal “enculturado” porque fue criado en las mismas condiciones que los bebés humanos, si bien las personas “antes de aprender el lenguaje utilizan signos para pedir cosas”. Esta y la capacidad de comunicación son las grandes diferencias que separan a los primates de las personas, incluyendo a Koko.