Carlos Latre fue un niño hiperactivo de libro, pero entonces no se diagnosticaba. Su trabajo consiste sobre todo en observar. Lo lleva tan a rajatabla que reconoce que se ha convertido en un analítico obsesivo. Tiene memoria fotográfica y visión de 360 grados.

Probablemente al entrar en el estudio de COPE San Sebastián, ha hecho un escáner de quién está, dónde, cómo, con quién y haciendo qué. Nosotros haremos lo que podamos para sacar información de su espectáculo que se ha estrenado en el teatro Rialto de Madrid hasta el 30 de mayo, y que en junio volverá a Barcelona y seguirá por toda España.

El espectáculo se llama “One Man Show”, que reconoce que ahora es más necesario que nunca y “la gratitud y la emoción con la que viene el público es alucinante”. Se convierte así en la pieza clave para la felicidad y confiesa en Herrera en COPE que no le había pasado nunca. Esta función, está más de actualidad que nunca, donde ha incorporado nuevos personajes. “Tiene que ser un show del día a día y de lo que la gente está pasando”.

El personaje que más le ha costado ha sido Aznar, aunque siempre hay un gran trabajo detrás que requiere de agudeza visual, auditiva, de percibirlos matices, los detalles de cada personaje. Teniendo casi 100 personajes en la cabeza, tras 3 horas en el escenario, dice que “cada día estoy mejor en el escenario”. Se confiesa “un obsesivo del ritmo” y que siempre tiene que refrescar a sus más de 600 personajes. El alcalde de Madrid le pidió una imitación expresa, “y es maravilloso que una figura política acepte y disfrute una imitación”. Y es que con una imitación, Latre es bastante blanco “intento darles a mis personajes un cierto carisma y una ternura, algunos incluso se descubren”.

Y es que el filtro del humor acerca a esas personas más que separarlas. “Si no tengo la seguridad de tener una voz bien captada, me crea inseguridad, luego le tengo que dotar de capas”.

La entrevista es un baile de voces entre Carlos Herrera y Latre, donde se dan pinceladas de la intuición del humorista para sacar adelante 25 años de carrera. Pronto dará el paso para enseñar el método para poder enseñar a imitar, porque somos el país con más humoristas del mundo “pero no hay ningún sitio al que acudir”.