Carlos Herrera (68): "Con el peso yo me castigo a no caer en la tentación de comprarme una talla mayor, porque si lo haces seguirás expandiéndote"

El comunicador reflexiona sobre sus hábitos y dice lo que hace para mantenerse a raya con el peso a sus 68 años

Luis Calabor

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Controlar el peso es una batalla que casi todos libramos, Carlos Herrera no es la excepción. A sus 68 años, el comunicador confiesa que mantenerse en forma requiere disciplina, sentido del humor y, sobre todo, fuerza de voluntad. “Con el peso yo me castigo a no caer en la tentación de comprarme una talla mayor, porque si lo haces seguirás expandiéndote”, admite con sinceridad. 

Herrera, que combina su pasión por la buena mesa con un estilo de vida saludable, reconoce que la clave está en no rendirse ante los excesos y encontrar un equilibrio realista. “Cuando no me abrocha el botón del pantalón, me cabreo mucho conmigo mismo”, confiesa entre risas, aunque detrás hay una filosofía clara: mantenerse activo y evitar que los pequeños descuidos se conviertan en costumbre. 

Carlos Herrera

La “dieta del Ramadán” según Carlos Herrera

El periodista, conocido por su cercanía y su humor, tiene su propio método para recuperar la forma tras los excesos de las vacaciones o la Navidad. Lo llama, en tono jocoso, su “Ramadán personal”. Durante unas semanas, elimina de su dieta el alcohol, el pan y los dulces. Además, sustituye la carne por pescado y evita alimentos como el arroz, la pasta y la patata.

“Con eso y con un poco de ejercicio, las dimensiones vuelven a su ser”, explica. No se trata de una dieta milagro, sino de volver a los buenos hábitos y dar un respiro al cuerpo después de etapas de comidas más copiosas.

Herrera es consciente de que solo hacer deporte no basta si la alimentación no acompaña. “El ejercicio sin la dieta no sirve de nada, y la dieta sin el ejercicio tampoco”, sentencia. Por eso combina caminatas, ejercicios suaves y una alimentación cuidada, adaptada a su ritmo de vida y a su edad.

Carlos Herrera en el estudio de COPE

El presentador también destaca que lo verdaderamente difícil no es llegar al verano en buena forma, sino mantener los resultados después. “El problema está al final del verano. A finales de agosto empieza la feria de Almería… y si voy, no entro en los pantalones”, bromea. En su lugar, confiesa que prefiere quedarse en Madrid y someterse a una rutina estricta de diez días que él mismo califica como “la terapia más dura que existe” para recuperar el control. 

Para Herrera, la llamada “operación bikini” tiene más de mito que de método. “En junio no puedes ponerte perfecto para julio con ocho kilos de más”, afirma. La clave, asegura, está en cuidarse todo el año. Su hijo Alberto sigue esa filosofía y evita los esfuerzos de última hora. “Él aboga por comer sano siempre y no hacer dietas extremas cuando llega el calor”, explica orgulloso.

De niño no me gustaba la verdura, pero ahora me entusiasma. Es vistosa, sabrosa y me hace sentir bien"

Carlos Herrera

Comunicador de Herrera en COPE

LOS HÁBITOS SALUDABLES A LARGO PLAZO, LA CLAVE PARA HERRERA

Esta visión más sensata y constante refleja una tendencia cada vez más extendida: la importancia de mantener hábitos saludables a largo plazo, en lugar de buscar soluciones rápidas. 

Carlos Herrera también reconoce que su relación con la comida ha cambiado con los años. Si antes se rendía ante los guisos y los postres, ahora disfruta con platos más ligeros y naturales. “De niño no me gustaba la verdura, pero ahora me entusiasma. Es vistosa, sabrosa y me hace sentir bien”, comenta.

No renuncia a los placeres de la gastronomía —sus redes sociales están llenas de platos tradicionales de toda España—, pero ha aprendido a disfrutar de ellos con moderación y equilibrio.

Carlos Herrera

No hay secretos milagrosos ni fórmulas mágicas. Su método se basa en tres pilares: comer bien, moverse y tener fuerza mental. Y, sobre todo, no engañarse a uno mismo. “La tentación de comprar una talla más es el principio del fin”, repite.

A sus casi siete décadas, Herrera demuestra que mantenerse en forma no es cuestión de edad, sino de actitud. Su mensaje es claro: se puede disfrutar de la vida —y de la buena comida— sin renunciar al bienestar. Solo hace falta un poco de disciplina y muchas ganas de quererse.