Siempre evitó el asunto de la Guerra Civil para sus libros. Algo debió pasar para que hoy, Arturo Pérez Reverte haya escrito un libro dedicado a una guerra que le desagradaba.

Es una guerra que no se la han contado en libros, se la han contado las personas, las generaciones que siguen vivas. “Línea de fuego” es la historia de los soldados que estaban en primera línea. Una novela de combatientes. Una novela que ha convertido la cuenta de twitter del autor, en una lista larguísima de los testimonios de nietos e hijos hablando de sus abuelos y padres, recordando su valentía, sus miedos, y su sentir.

“Me he visto casi obligado a escribir este libro porque se cuenta la Guerra Civil, tan poco ajustada, que he querido contar a mi manera con los testimonios de la gente que estuvo en esa primera línea”. Una novela cuyos protagonistas son militares, y diferenciados de los asesinos que daban mítines, que se paseaban por los cafés, ajustando cuentas. A Reverte a veces estos últimos, le recuerdan a los mensajes políticos de ahora. “Los impulsos, el odio, y el discurso es el mismo”.

En la batalla del Ebro murieron 20 mil personas, y por eso, considera el escenario más duro para poder contar la historia de la novela, que bebe de la visión de familiares de Pérez Reverte, de la lecturas de historia sobre la Guerra Civil, y las experiencias de hace años como reportero de guerra, “donde se ve perfectamente cómo se comporta el ser humano”.

Cree que los fascismos y los comunismos ya no existen como en aquel tiempo, “porque sabemos que eran movimientos infames, ahora quien reivindica cualquiera de los dos, o es tonto o es un hijo de la grandísima”.