Durante unos cuantos meses, Sánchez y su equipo del Ministerio hicieron hincapié en la necesidad de comprar y comprar test para detectar de la mejor forma posible los casos de coronavirus que podría sufrir la población española. España entro así en una guerra comercial de la que ha salido siempre mal parada, ya que Sánchez se ha visto sorprendido por los acontecimientos y ha ido un paso atrás.

Aunque ahora nos digan que no es necesaria hacer test PCR a toda la población por su baja influencia para valorar la situación, lo cierto es que fue él mismo, Pedro Sánchez, en hacer hincapié en la necesidad de comprar test.

Los test masivos de Sánchez

El problema es, tal y como ha comentado el periodista de COPE, Carlos Herrera, el lugar y la fiabilidad de los test que el equipo que compró Salvador Illa y su equipo. Y es que, los test que se compraron resultaron ser defectuosos y España tuvo que devolverlos a su distribuidor en una operación, al principio estrella, pero que ha sido sin duda una de las peores gestiones de este Gobierno.

En este sentido, el periodista ha lanzado la siguiente pregunta en su columna matinal: "¿A qué bazar han ido a comprar?" Y asimismo, responde a las palabras del ministro de Sanidad, quien se escuda en que las vacunas se devuelven como si nada. "Sí claro, y va a ser tan fácil", ha dicho el periodista en este sentido.

La denuncia que hace Herrera

"Bueno, después de haber escuchado la noche del sábado a Sánchez darnos una lección de lo importante que era la homologación de los test rápidos, ayer el Gobierno tuvo que admitir el bochorno de haber comprado unos test que solo tenían una fiabilidad del 30%. Y en el episodio no ha faltado ni siquiera el escarnio de que la embajada china emitiera un comunicado recordando que el proveedor utilizado por el Gobierno español no figura en la lista de empresas homologadas por el Gobierno".

"¿A qué bazar han ido a comprar? Esto qué dice el ministro de Sanidad, "pues lo devolvemos y ya está". Escuchen. Sí, claro, y va a ser tan fácil. Hay algo que en términos de opinión pública resulta demoledor. No son nunca las grandes cifras, son las anécdotas, la chorrada si quieren, los episodios concretos que quedan fijados para siempre en nuestra memoria: el dinero en prostíbulos de los ERES, las compras en lencería de las tarjetas black, la mariscada de los sindicatos..."

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