Salvo que vivamos en medio del campo rodeados por árboles o campo, los que vivimos en bloques de viviendas, sobre todo, con vecinos al lado, encima y debajo, en algún momento nos hemos enterado de una discusión por el tono elevado de sus interlocutores, sabemos cuando están ensayando para el examen de trombón o sufrimos si los niños pequeños circulan con el correpasillos.

Algunos de esos ruidos son tan molestos que hay quien ha tenido que cambiar de casa para dejar de sufrirlos. Una solución menos drástica es la que adoptó Beatriz que para evitar seguir aguantando a los niños de los vecinos que "a las 4.00 de la madrugada se ponían a dar golpes contra la pared con el patinete y el triciclo, insonorizó todas las paredes que tenían en común".

Antes de estos vecinos, la fósfora tuvo otra vecina que "después de ser una pianista frutrada se dedicó a tocar la guitarra".

No es la única fósfora que ha padecido vecinos que no paraban ni de día ni de noche de hacer ruidos, Lucinda tiene un vecino que "lleva dos años con la misma obra".

En la calle de Constantin, en Parla (Madrid), viven una pareja de ancianos que llevan más de tres años saliendo todas las tardes noches salen a la ventana con sartenes que chocan para protestar por vecinos okupas e insultan al alcalde y al resto de vecinos de la calle no les dejan descansar.

Ahora, le toca a usted, ¿qué hacen sus vecinos ruidosos?