Cada año, el 9 de febrero aparece marcado en el calendario de los amantes de la pizza. Porque esta combinación de pan con queso y tomate no queda mal con nada: verduras, carne, pescado… De hecho, cada vez más encontramos pizzas con ingredientes de lo más gourmet como la pizza con trufa, con setas, con berberechos, con gambas y hasta con caviar.

Este martes hemos celebrado el día de la pizza con los oyentes de Carlos Herrera, que han dado muestra de las pizzas más raras que se han llevado a la boca. Entre todas las llamadas ha destacado la de Alejandro, que se tomó una pizza en Roma antes de la pandemia con ensalada y embutido. Nada comparado con la "bomba atómica" que probó Pedro en Benidorm, que llevaba "chorizo picante, jamón y patatas fritas encima, aparte del queso y del tomate".

La reina de las extravagancias ha sido la pizza con helado que se comió Jordi en Brasil cuando se casó con su mujer. "La base llevaba chocolate y encima ponías tú el halado que querías", ha dicho el oyente, aunque no le resultó especialmente deliciosa.

Otra iniciativa curiosa ha sido la que ha comentado Amparo, una oyente de Pamplona. El cocinero de un restaurante ha montado una máquina de vending de pizzas caseras. La idea consiste en cargar en la máquina dispensadora las pizzas para que el usuario pueda cogerlas en frío o llevárselas calientes a su casa.

A día de hoy muchos se preguntan por el nacimiento de la pizza. Teniendo en cuenta que el tomate llegó a tierras europeas en el XVI y hasta finales del XVII la población no lo aceptó como un alimento, el nacimiento de la pizza más básica, formada esencialmente por masa de pan, queso y salsa de tomate, nunca pudo haber tenido lugar antes del siglo XVII. Muy probablemente en Italia y más concretamente en la ciudad de Nápoles. Pero su alumbramiento más primario, dejando a un lado el tomate, sí puede remontarse siglos y siglos atrás en el tiempo. Tantos como la propia elaboración del pan y su uso por parte de la humanidad.