Salma nació el pasado 8 de septiembre. Tenía 28 semanas y sólo pesaba 880 gramos. Una infección en su madre, en Mariví, precipitó su prematura llegada al mundo.

Cuenta su padre Jaime -quien pudo asistir al parto a pesar de las restricciones por el covid- que le cabía en la palma de la mano. La cesárea fue bien pero Salma tuvo que quedarse ingresada en la UCI durante varias semanas. Sus pulmones eran tan diminutos que le costaba respirar fuera del cuerpo de su madre.

Superado el shock inicial de saber que su hija iba a ser prematura, Mariví y Jaime tuvieron que enfrentarse a una pena enorme. Al tercer día, se marcharon para casa sin su pequeña, ingresada por necesidad. Los días se les hicieron muy largos.

Por suerte, el pasado 11 de noviembre, pudieron recoger a su pequeña y llevársela para casa. Ahora, disfrutan de Salma, eso sí, con todas las precauciones. Porque la niña aún requiere todavía más atención que cualquier bebé de su edad.

Pero Mariví y Jaime celebran que el inicio de la historia de su hija ha salido bien y lo hacen hoy que es, precisamente, el Día Mundial del Niño Prematuro.

Es la ‘Historia del día’ de ‘Herrera en COPE’.

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