La historia de hoy bien podría convertirse en el guion de una película de acción. ¿Una película buena o una película mala? Pues eso ya lo juzgan ustedes mismos cuando termine de contársela...

Los hechos sucedieron en un pueblo de Valencia, en Benifaió...

La Guardia Civil llevaba un tiempo detrás de un fugitivo. Este hombre tenía varias órdenes de busca y captura por delitos contra el patrimonio...

Los agentes se enteraron de que el susodicho iba a estar presente en la primera comunión de su hija. Así que organizaron un operativo de vigilancia para ver si se presentaba una oportunidad y le podían echar el guante...

Las órdenes eran muy concretas: vigilar los movimientos del hombre y actuar sólo si el fugitivo se ponía a tiro en la calle. Los agentes no podían entrar en ningún edificio a por él ni tampoco detenerlo si había mucha gente alrededor...

Así que varios guardias civiles de paisano lo vigilaron desde primera hora de la mañana. Al principio estuvo en la celebración religiosa junto a su hija y después se marchó, junto a su mujer y al resto de invitados, a un bar donde celebraban el convite...

Los agentes, que habían pasado desapercibidos hasta ese momento, cruzaron los dedos para ver si el fugitivo se despistaba y salía en algún momento a la puerta del bar.... y así fue...

Terminada la comida... este hombre decidió fumarse un cigarrillo y salió a la puerta del local. Ese fue el momento en el que los agentes, sigilosos, se acercaron hasta él y lo detuvieron sin que este hombre ofreciera resistencia...

Es la 'Historia del día' en 'Herrera en COPE'.

Fue el arresto perfecto. Una de esas detenciones que se estudiarán en las comisarías durante los próximos años...