La escena inédita que presenciaron en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid y que deja sin palabras a los médicos

¿A Vds les gustan las bodas? Oigan, hay gente que no las soporta y hay otra gente que es muy buena de invitada. Que disfruta de la ceremonia, que es muy agradecida con el puesto donde cortan jamón, que se lo pasa en grande en la barra libre.

Hace unos días, hubo una boda donde los invitados fueron especiales. Los sanitarios y trabajadores del Hospital Gregorio Marañón. En la UCI se casaron Javier y Esther.

Javier lleva dos meses ingresado en la UCI. Pero le hicieron para su boda un precioso traje. Y ahí, con su respirador artificial, estuvo mirando a Esther embelesado. Y la novia no solo contestó “sí” cuando le preguntaron si quería a Javier como esposo. Contestó “sí, claro”. Esther estaba radiante. Y estaba muy contenta.

El amor no se mide por el tiempo. El amor se mide por la intensidad, el compromiso y la entrega.

Que seáis muy felices, pareja. Y que se os haga lo más eterno posible.

 Un grupo de músicos va a un hospital de Madrid a acompañar a enfermos y cortan su actuación por lo que ven en un pasillo: "Alucinaban"

Ocurrió el martes pasado en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, que es un estupendo hospital, por cierto.

Los martes se lleva a cabo una actividad para entretener a los pacientes y a sus acompañantes. “Música en vena” se llama. Un grupo de jóvenes tocaba composiciones clásicas de soul, cuando de pronto, de entre los que esperaban por los pasillos, apareció una mujer con un bastón. Y se arrancó a cantar. Y abrió bocas.

Pueden Vds imaginar la cara de flipados de los músicos y lo que alucinaban los pacientes y sus acompañantes.

Detrás de todo un flow inesperado se esconde María de la Concepción Gutiérrez Lobo, una venezolana de padres españoles que era una cantante modernísima y monísima, la vocalista rotunda de un grupo clásico de la escena mod.

“Shelly y la Nueva Generación” fue un grupo español de culto que hacían un soul garage que dejó mucha huella por su innovación a finales de los 60. Shelly, que así se hacía llamar María de la Concepción era impactante, avanzada, y tenía una voz única.

Y no sé por qué hablo en pretérito, porque Shelly sigue siendo una estrella. Les digo, llegó al hospital con bastón, pero se puso a cantar y el bastón se fue a tomar viento.

La que tuvo retuvo muchísimo. ¿Quieres saber más? No te pierdas aquí la historia íntegra.