

"Esos pobres que Sánchez crea los cuida la Iglesia ahorrándole muchos millones al Estado con su labor asistencial; aunque claro, los pobres no se ven desde el Falcon"
Jorge Bustos responde a los ataques de Pedro Sánchez al presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello
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La semana pasada terminó con una traca de escándalos que en cualquier democracia europea habrían provocado la caída inmediata del gobierno. La imagen era devastadora. Agentes de la Guardia Civil irrumpiendo el viernes en la sede de correos del Ministerio de Hacienda y del Ministerio de Transición Ecológica para recabar documentación sobre contratos públicos amañados. Amañados por una trama de corrupción liderada por altos cargos socialistas que accedieron gracias a Pedro Sánchez a los dos mayores centros de control de dinero público del estado, que son la SEPI y el Ministerio de Transportes. Ahí estaba la pasta y fueron derechos a por ella.
En cualquier democracia europea, repito, el líder de un gobierno registrado por la Guardia Civil, si es inocente y tiene un gramo de vergüenza, disolvería las cortes. Pero esas dos premisas, la inocencia y la vergüenza, me temo que no se cumplen en este caso. Sánchez no tiene ningún pudor en protegerse del avance de las investigaciones judiciales atrincherándose en el búnker de la Moncloa, aunque el precio electoral lo vayan a pagar sus candidatos territoriales. Precisamente ayer Pedro estaba acompañado en Cáceres por el peor de todos sus candidatos territoriales, que es el procesado Miguel Ángel Gallardo. Se está desplomando en todas las encuestas. Bueno, pues en el mitin, el todavía presidente del gobierno hizo lo que suele hacer cuando se siente acorralado, en este caso por la corrupción y por el machismo de su partido, que se identificara a un enemigo y salir al ataque mintiendo como si no hubiera un mañana.
En el vídeo se ve a una militante, una chica morena en la cuarta fila, que está como abstraída mientras Pedro va soltando estas trolas. Es como si prefiriera desconectar para no perder del todo el contacto con la realidad, para no volverse loca. O a lo mejor la mente se le había ido durante unos segundos a Paco Salazar o a Ábalos o a Koldo o al de la Diputación de Lugo o al senador de Valladolid o al valenciano aficionado a las almejas, que se ha conocido este fin de semana y prefiero no entrar en en más detalles. Y cuando todo rompen aplaudir al presi ella tarda un segundo eterno en juntar las manos y cuando al final ya se suma al aplauso colectivo, lo hace con desgana, como diciendo, "vaya tela, lo que hay que hacer y lo que hay que tragar para estar aquí.".
Bueno, pues esa militante de la cuarta fila del mitin de Cáceres es la que mejor representa hoy el estado de ánimo real entre las mujeres no fanatizadas del PSOE, entre las militantes y entre las votantes. Pero es que además ese relato de que todos los avances en igualdad se lo deben las españolas al PSOE es una trola del tamaño de la bragueta de Paco Salazar, empezando por el voto femenino que consiguió en 1931 la liberal Clara Campoamor con el voto en contra del PSOE de entonces representado por la socialista Victoria Kent, que opinaba que las mujeres no debían votar porque carecían de inteligencia suficiente para votar con criterio propio. Eso era el PSOE.
Y tanto el PP de Aznar como el de Rajoy tuvieron mujeres en puestos de altísima responsabilidad y aron esos puestos por sus propios méritos, no por cuota. Ojo, sería absurdo negar la aportación del PSOE a la causa de la igualdad. Yo no lo niego. Pero ese mérito le corresponde principalmente al PSOE de Felipe González y, en menor medida, al de Zapatero, que es de lo poco que hizo un poquito bien. Pero si el PSOE Sánchez es el que entregó el Ministerio de Igualdad, Irene Montero, con tal de retener el poder, el que partió el movimiento feminista en dos mitades que hoy se odian, el de la ley del 'Sí es sí' que benefició a cientos de violadores y que tuvo que corregir con la ayuda del PP.
El socialismo de Sánchez es el de las saunas, el de los p****** en puestos de máxima confianza, el de las pulseras antimaltrato compradas en AliExpress, el de la cascada de denuncias de acoso que se siguen llevando a jefes babosos por delante. El socialismo de Sánchez es el que tapaba las denuncias contra su amigo Salazar, metiéndolas en un cajón, porque Paco era el protegido del presi y las denunciantes estaban mejor calladitas. Ese es el feminismo de Pedro, tan falso como todo lo demás en él, como su tesis, como su regeneración, como su cohete económico o como su influencia internacional. Todo mentira.
Ataques a Argüello
Pero ayer, además, el presidente encontró un nuevo enemigo para intentar desviar la atención de los escándalos que lo ahogan, la Iglesia Católica. Resulta que en una entrevista en La Vanguardia al presidente de la Conferencia Episcopal, a Luis Argüello, le preguntaron por la situación política actual y contestó: “Si la situación está bloqueada tenemos que acudir a la Constitución. Entonces lo suyo sería una cuestión de confianza, una moción de censura y, si no, dar la palabra a los ciudadanos”.
¿Dónde está el escándalo? Argüello no dice nada descabellado ni fuera de lugar. Recurre a la Constitución. Es una verdad evidente basada en el conocimiento del texto constitucional, pero la verdad es algo que a Pedro le molesta. Así que ayer en Cáceres, junto a su candidato procesado buscó la confrontación directa con el presidente de la Conferencia Episcopal.
Vamos a ver una cosa, Pedro, muchacho, el presidente de la Conferencia Episcopal no tiene más libertad de expresión que otro ciudadano, pero tampoco menos. Como mínimo tiene el mismo derecho que cualquier demócrata a opinar, sobre todo si le preguntan en una entrevista. Y decir que estamos en una situación de bloqueo no es una opinión, es un hecho. El primero que no respeta el resultado de las urnas eres tú, que quedaste segundo y solo pudiste gobernar traicionando la promesa hecha a tus votantes de no conceder la amnistía a Puigdemont. Estás vulnerando la Constitución tú, porque la Constitución te obliga a presentar unos presupuestos. Y lo que propone Argüello es lo que dice cualquier constitucionalista. Para renovar la confianza perdida del parlamento hay que presentarse a una cuestión de confianza, porque la has perdido Pedro.
Pero Pedro no lo hace porque si pierde la cuestión de confianza está obligado a convocar elecciones y eso tampoco quiere. Por cierto, los obispos también han criticado a los gobiernos del PP. Solo hay que ir a la hemeroteca. La diferencia es que Rajoy tenía una mayoría, de hecho lo echaron después de aprobar unos presupuestos. No había el bloqueo de ahora ni la corrupción de ahora. En cuanto al recurso rancio al francomodín con el servil Bolaños mandando cartistas sobre el Valle de los Caídos a ver si gana puntos con el amo, me temo que habrá que darle a Pedro alguna biografía del cardenal Tarancón. A ver si la recomienda en TikTok, como cualquier libro que no ha leído.
Porque en los primeros 70 la jerarquía de la Iglesia liderada por Tarancón hizo bastante más por impulsar la transición a la democracia que un PSOE que no compareció en la vida pública hasta la muerte de Franco. Era la ultraderecha la que le cantaba entonces '¡Tarancón al paredón!' y es la que hoy ataca a la Conferencia Episcopal, igual que tú, o sea, la pinza extremista de siempre. El propio presidente de la Conferencia Episcopal ha respondido a los ataques de Sánchez con un tweet. sereno que dice así: "Ante el respeto a la vida y su dignidad, la comprensión y el apoyo a la familia, la vivienda y la educación, la acogida de inmigrantes, el servicio a los pobres, la libertad religiosa y de conciencia y el respeto a las reglas básicas del estado de derecho, no soy neutral".
Otra verdad evidente para cualquiera que conserve cierto sentido moral y ojos en la cara. Todos vemos la corrupción del gobierno, la descomposición de su partido. y el fracaso de sus políticas, que han creado, por cierto, más pobres que nunca. Y esos pobres que Sánchez crea los cuida la Iglesia cada día, ahorrándole, por cierto, muchos millones al Estado con su labor asistencial, aunque claro, los pobres no se ven desde el Falcon. El problema, Pedro, es que cuando las verdades incómodas te persiguen, tú corres más rápido. Deja ya de huir de la democracia y pon las urnas.



