

"Patriotas brillantes como Suárez, Carrillo, Fraga, González, entre otros, se unieron con un propósito común: la concordia"
El comunicador desgrana las principales noticias de este jueves 20 de noviembre
- 5 min lectura | 12:00 min escucha
Buenos días. Ya tenemos aquí una masa de aire ártico. Este jueves será muy frío e inestable, sobre todo en el norte peninsular, donde hay alerta naranja por nieve: en el norte de Castilla y León, el interior de Cantabria y Asturias. También puede nevar con intensidad en las provincias de Álava y Guipúzcoa, la zona pirenaica y las regiones de La Rioja y Navarra.
En todas estas zonas puede haber también lluvia y tormentas. En Canarias, ambiente más bien nuboso. Las temperaturas bajan, bajan sensiblemente en todo el país. Así que, lo dicho, cuidadín con las heladas.
Pues efectivamente, españoles, acaba de llegar a esta redacción de la cadena COPE un escueto comunicado de un tal Arias Navarro que dice así:
"Españoles, Franco ha muerto."
Lo que no dice ese comunicado es que Franco haya muerto a manos de Pedro Sánchez o gracias a la presión del PSOE desde la clandestinidad.
Y no lo dice, queridos niños, porque la izquierda no tuvo nada que ver con el fin del franquismo, y ese sentimiento de culpa por su impotencia es quizá la razón de un resentimiento que llega hasta nuestros días, y que algunos socialistas irresponsables como José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez —uno por fanatismo y el otro por cálculo— desempolvaron y atizaron irresponsablemente para legitimar el cordón sanitario a la derecha democrática y para consolidar sus alianzas contra natura con los nacionalismos periféricos.
A ese objetivo se reduce toda esta broma macabra de la memoria histórica: a dividir para mandar.
Exactamente lo contrario de lo que buscaba la izquierda que sí vivió la guerra y que sí padeció la dictadura: la izquierda responsable que eligió el camino no de la revancha, sino de la reconciliación nacional, y que se abrazó con la derecha democrática para fundar lo que algunos resentidos de ambos extremos llaman ahora “el régimen del 78”, que con todos sus defectos —que los tiene— y sus amenazas internas —que también— nos ha dado los mejores años de paz y prosperidad de toda nuestra historia, y esperemos que nos lo siga dando.
Pero hoy es día de efemérides, de recuerdo, así que vamos a recordar los hechos. Y el hecho biológico de la extinción del dictador fue causado por una tromboflebitis. Ahora bien, la muerte de Franco, certificada hace hoy 50 años exactos, no causó por sí sola el advenimiento de la democracia. Los españoles no recuperaron sus libertades hasta 1978, con la masiva aprobación en referéndum de la Constitución.
¿Y qué pasó entre el 75 y el 78? Pues pasó algo de lo que sí deberíamos sentirnos orgullosos y, sobre todo, agradecidos a una generación excepcional de líderes encabezada por Juan Carlos de Borbón —le cueste a quien le cueste, le duela a quien le duela—. Don Juan Carlos había heredado todo el poder de Franco a título de Rey y llevó a buen puerto un proceso complejísimo, lleno de peligros, amenazado, por un lado, por las bombas de ETA y por el otro por los nostálgicos del dictador.
Don Juan Carlos había heredado todo el poder de Franco a título de Rey y llevó a buen puerto un proceso complejísimo"
Hablemos de patriotas brillantes, algunos con peor pasado que otros, pero unidos todos finalmente en un propósito común de concordia. Gente como Torcuato Fernández-Miranda, como Adolfo Suárez, como Santiago Carrillo y Manuel Fraga, Felipe González y Alfonso Guerra, Miguel Roca y Rodolfo Martín Villa, como el sindicalista Marcelino Camacho o como el cardenal Tarancón.
Yo nací en 1982, perdonadme. Así que soy hijo e incluso nieto de esa generación, pero soy un nieto agradecido porque he leído lo suficiente para saber lo que costó poner en marcha la Transición y lo fácil que era que saliese mal. Y también sé que basta un puñado de frívolos, o de sectarios, o de corruptos colocados en puestos de poder para que regresemos todos a nuestra peor versión: “a ese trozo de planeta —escribió Machado— por donde cruza errante la sombra de Caín.”
Y ahora volvamos al presente con la esperanza de mejorar el futuro. Y hoy hay un hombre que ha mejorado sensiblemente su presente, pero no ha despejado ni mucho menos su futuro. Un hombre que por primera vez en cinco meses no se ha despertado en el catre de una celda. Su nombre es Santos Cerdán León, nacido en Milagro, casado con Puy, cliente habitual de El Corte Inglés, pasajero del Peugeot, cerebro del 2% que amañaba contratos de obra pública por toda España, sirviéndose de su posición privilegiada en el núcleo duro del Partido Socialista y del Gobierno de España. La posición donde lo colocó su examigo Pedro Sánchez.
Si Santos confía en la justicia, nosotros también"
La cárcel no parece haber ablandado a Cerdán, porque se aferra sin pestañear al argumentario del inocente, como hacen por otra parte los mejores mafiosos:
"Buenas tardes, o buenas noches ya. Mira, lo primero que quiero decir es que se están diciendo muchas mentiras y hay muchas manipulaciones en cuanto a la interpretación que se hace de los dos informes sobre mi persona. Yo confío en que la verdad se imponga y que al final, con esa verdad, se haga justicia. Quiero agradecer también a toda mi familia, a todos los amigos de toda la vida que me han apoyado y siguen apoyándome, y también a mis abogados, que han sido fundamentales."
Ojo a esa referencia, a los amigos de toda la vida: parece como si quisiera diferenciarlos de los compañeros de partido. Pero si Santos confía en la justicia, nosotros también. El juez Leopoldo Puente ha tomado la decisión de excarcelarlo no porque lo encuentre inocente —ojo, vamos a explicar esto— sino precisamente porque la investigación está ya tan avanzada que el sospechoso ya no puede obstaculizarla si sale de prisión.
Te cito el auto del juez:
“El resultado de la investigación practicada no solo no ha diluido los consistentes indicios de criminalidad, sino que, muy al contrario, los ha reforzado en buena medida y ha abierto nuevas líneas de investigación.”
Pero añade el juez Puente que nada de eso justifica mantenerlo privado de libertad porque ya no concurren como antes los riesgos de fuga, de reiteración delictiva o de destrucción de pruebas. De modo que ha quedado libre una plaza en Soto del Real. Y sería toda una ironía del destino que esa vacante viniera ahora a cubrirla.
No te pierdas el resto del monólogo en el audio adjunto.



