

"Si Donald Trump consigue poner paz entre israelíes y palestinos no es que se merezca el Premio Nobel, es que se merece un Oscar, un Grammy y el Balón de Oro"
Jorge Bustos analiza el plan de paz en Gaza y la amenaza de Trump de que debieran “echar a España de la OTAN”
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Este viernes se falla el Premio Nobel de la Paz y en ningún lugar del mundo se va a seguir el fallo con tanta expectación como en el Despacho Oval de la Casa Blanca. El problema es que me temo que Donald Trump llega un poquito tarde a la cita con el Nobel, porque el comité encargado de decidir el galardón celebró su última reunión el lunes pasado y porque las citas decisivas tuvieron lugar a principios de febrero. Así que en teoría muy poco o nada ha podido influir el acuerdo sellado entre Israel y Hamás. Un acuerdo que, si nada se tuerce, será verdaderamente histórico, porque permitirá detener los bombardeos de volver a los rehenes a partir del lunes y reconstruir la franja de Gaza con un gobierno viable bajo tutela internacional y protagonismo árabe.
A ver, tampoco conviene engañarse. Esta es una paz frágil. Puede descarrilar en cualquier momento, como tantas veces ha sucedido en el pasado. Hablamos del conflicto más endiablado del planeta y uno de los más longevos. Nadie ha conseguido poner paz entre palestinos e israelíes en los últimos 80 años. Nadie. Desde luego que, si Donald Trump lo consigue, no es que se merezca el Premio Nobel, es que se merece un Óscar, un Grammy y el Balón de Oro de paso. Pero yo lo único que pido es que si no se lo dan hoy, cosa que hasta ahora sigue siendo lo más probable por lo que te acabo de explicar, que evite reaccionar como un niño enfurruñado y se desentienda de su obra, este plan de paz, que es lo mejor que ha hecho desde que se metió en política.
Pero esta historia de la candidatura trumpista al Nobel tiene una moraleja interesante. Demuestra que los hombres a veces hacen el bien por las razones equivocadas, por pura vanidad en este caso o por envidia. Si se lo dieron a Obama, yo también lo merezco. Ojo, bienvenida sea el ansia de de reconocimiento si provoca que los poderosos de este mundo vuelquen todo su poder en la consecución de la paz y de la convivencia.
La reunión de París
Y si Trump siente envidia de Obama, yo me temo que Macron siente envidia de Trump. No pasa el líder francés por su mejor momento. La República que él se supone que preside, sigue sin gobierno hasta ahora y cuando tiene problemas en casa, Emmanuel hace como Pedro, se refugia en la política exterior. Bueno, a ver, tampoco es justo para Macron, que pertenece a la élite intelectual de Francia, compararlo con una revista que plagió su tesis y sobrevive pegando bandazos y cediendo a chantajes.
Pero el caso es que Macron convocó ayer un en París una cumbre para tratar de recobrar algo de protagonismo en la resolución del conflicto de Gaza. Scudieron Kaja Kallas, que es la jefa de la diplomacia europea, y representantes de Arabia Saudí, Egipto, Jordania, Turquía, Emiratos Árabes, Reino Unido, Alemania, Italia y España.
Claro, si Pedro hace lo mismo en Madrid, intenta convocar una cumbre como esa, no viene ni el de Andorra. De hecho, la presencia de Albares en París fue criticada duramente por el ministro de exteriores israelí, que dijo esto eh en un comunicado, dijo, "la invitación de gobiernos abiertamente hostiles con Israel como el de Sánchez, es especialmente indignante". Así que enhorabuena, presidente. Lo has conseguido. Con la grosera instrumentalización de la causa palestina, Pedro Sánchez ha conseguido que a España se la vea como un obstáculo y no como una ayuda para la paz.
Se nos ve como un aliado inestable, poco de fiar. Claro, es lo que tiene gobernar con la extrema izquierda antisemita y acabar asumiendo sus postulados radicales en política exterior para hacer política electoral doméstica.
Con la grosera instrumentalización de la causa palestina, Pedro Sánchez ha conseguido que a España se la vea como un obstáculo para la paz"
Herrera en COPE
Trump quiere a España fuera de la OTAN
Ese cálculo de política doméstica llevó a Sánchez a dar el cante en la cumbre de la Haya, cuando alardeó de negarse a invertir en defensa lo mismo que los demás socios de la OTAN. Y ese desplante infantil a Trump no se le ha olvidado. Ayer estaba reunido con el primer ministro de Finlandia en el despacho oval hablando de Putin y sin que nadie le preguntase dijo que a España “quizá debieran expulsarlos de la OTAN”. Francamente, no nos va tan bien, Donald. Pero bueno, el caso es que el presidente de Estados Unidos sugiere expulsar a España de la OTAN, nada menos.
Y seguramente Pedro estará encantado con esta frase, primero porque el titular desvía la presión mediática de los casos de corrupción en España, que hoy vuelve a traer historias de una sordidez repugnante. Los tríos con prostitutas, las drogas, todo pagado con el dinero de los sobres. Estamos descubriendo que José Luis Ábalos, era especie de mezcla de Mick Jagger, Charlie Sheen... Bueno, Charlie Sheen era un benedictino al lado de José Luis Ábalos. Y lo segundo, porque Pedro Sánchez cree que esto le ayuda a proyectarse ante su electorado como una contrafigura internacional de Donald Trump.
En todo caso, el comentario de Donald tiene poco recorrido en la práctica. De hecho, el presidente americano incurre en el error de confundir la parte con el todo y al país con su presidente coyuntural. España está perfectamente integrada en la OTAN y así debe seguir, porque España no es Pedro Sánchez, como ha recordado, por cierto, Feijóo. Y de hecho, según las encuestas, España cada vez es menos sanchista.
Los permisos de defunción
Pero vamos a hablar de la última ocurrencia de eso que llaman la izquierda a la izquierda del PSOE, que yo ya no sé lo que es porque a la izquierda del PSOE de Sánchez ya solo se me ocurre Corea del Norte. Me refiero a la última idea que ha tenido Yolanda Díaz para tratar desesperadamente de recuperar algo de foco después de su último fracaso con la reducción de la jornada laboral. Ahora lo que quiere es ampliar los permisos de defunción.
"Creo que nadie puede ir bien a trabajar a los dos días del fallecimiento de un padre, de una madre, de un hijo, de una hija, de un amigo. Nadie puede hacerlo bien. Nadie. Pero ningún padre o una madre puede trabajar en las debidas condiciones si tiene a un hijo o a una hija enferma o en cuidados paliativos, que esto pasa. Por tanto, sí les anuncio que esta reforma ya sale del horno de la producción legislativa del Ministerio de Trabajo".
Más sobre el permiso de defunción
Bueno, el horno, en fin. A ver, más allá de la nueva agresión a la productividad, esto que dice Yolanda Díaz, que parece muy sensible, es también discutible, porque a veces para superar un duelo lo primero que te recomiendan precisamente es que regreses cuanto antes a la rutina, que vuelvas a trabajar para despejar la cabeza. Pero en cualquier caso, ya hay lío en el seno de la coalición porque Carlos Cuerpo, el ministro de Economía, al que doña Yolanda llamó en una ocasión mala persona, ha respondido que una actuación de este tipo se debe realizar de manera consensuada con las empresas.
Las empresas, Yolanda, las empresas. Las empresas son esos sitios que la ministra de Trabajo no ha pisado nunca y por eso cree que son pequeños centros o campos de concentración que habría que ir cerrando gradualmente. La defunción acelerada de pymes es uno de los legados más reconocibles de la ejecutoria de Yolanda Díaz por culpa del encarecimiento de los costes laborales, las cotizaciones sociales y el incremento de la burocracia. Pero al paso que van las encuestas, me temo que lo que va a necesitar un permiso de defunción es la intención de voto de Sumar.